NACIONES UNIDAS, octubre 5.— Cuba denunció a Estados Unidos ante Naciones Unidas por pretender erigirse en juez de otros en materia de narcotráfico, tráfico de personas y lucha contra el terrorismo, cuando su actuación deja mucho que desear, dijo PL.
Jorge Cumberbatch, funcionario del Ministerio cubano de Relaciones Exteriores, presentó esa posición durante el debate en la Tercera Comisión de la Asamblea General de los temas Prevención del Delito y Fiscalización Internacional de Drogas.
Apuntó que la lucha contra estos fenómenos no admite dobles raseros y mucho menos las certificaciones hipócritas y unilaterales para calificar a los miembros de la ONU en Estados «buenos o diabólicos».
A juicio del diplomático, es inconcebible que Estados Unidos pretenda erigirse en juez de otros en materia de narcotráfico, cuando en este país el sucio negocio de la droga genera de 13,6 a 48,4 miles de millones de dólares para los traficantes.
Agregó que en el país norteño el costo social del narcotráfico asciende a 180 900 millones de dólares, existen 34,5 millones de consumidores, otros 8,8 millones consumen anfetaminas y 3,7 millones heroína.
También apuntó que resulta absurdo que Washington pretenda marcar la pauta en la lucha contra el tráfico de personas, ya que tiene una ley aplicada únicamente para los cubanos que promueve la migración ilegal e insegura.
Sobre la autodeclaración de Estados Unidos como paladín de la lucha mundial contra el terrorismo, Cumberbatch preguntó cómo esto es posible cuando el gobierno norteamericano está listo para liberar a Luis Posada Carriles.
Tras calificarlo como el más connotado terrorista y asesino del hemisferio occidental, el diplomático recordó que Posada Carriles es responsable de la voladura en pleno vuelo de un avión civil cubano en octubre de 1976, así como de las explosiones de bombas en centros turísticos de La Habana y de varios intentos de acabar con la vida de un jefe de Estado.
El delegado cubano señaló la importancia de ratificar y respetar instrumentos internacionales vigentes en materia de terrorismo, fiscalización de drogas, delincuencia transnacional organizada, trata de personas, corrupción y tráfico ilícito de emigrantes.
Por último, aseguró que Cuba seguirá cumpliendo su deber en la lucha internacional contra esos flagelos y hará cuanto esfuerzo sea posible por impedir que su territorio sea empleado para emprender acciones criminales contra el pueblo de Estados Unidos o de cualquier otro país.