Muchos pueden ser los problemas de la relación, pero tendrás que asumir otras actitudes para identificarlos
A.C.: Mi esposa tiene 23 años y es estudiante de Medicina. Soy doctor y la ayudo para que logre sus sueños. Siempre le he dado confianza para que todo fluya, pero en este año ha salido con amigas sin comentarme su decisión y tiene llamadas y mensajes telefónicos que no logra explicar bien. Alega que no quiere molestarme; pero por más que se disculpe, vuelve a repetir lo mismo. Aunque pedí el divorcio, quiero que me aconseje si mi matrimonio pudiera continuar. Tengo 31 años.
Las crisis en la pareja pueden movilizar cambios. Puedes conversar más con ella e intentar comprender qué está condicionando su actitud. Muchos pueden ser los problemas de la relación, pero tendrás que asumir otras actitudes para identificarlos. La consulta personal con un profesional puede ayudarte.
Lo dicho en tu mensaje nos permite percibir tu compromiso; pero tal vez has descuidado la complicidad y el juego que ella busca en otra parte. Aunque no quiere molestarte, establece vínculos de los cuales te excluye. Ambos saben que hoy su anhelo de algo diferente es más fuerte que su intención de complacerte. ¿Qué más ha sucedido entre ustedes en el último año? ¿Acaso este cambio de ella se justifica por alguna actitud tuya? ¿Cómo te has convertido en ese perseguidor molesto y excluido?
No tienes que admitir engaños ni exclusiones. Tampoco tienes que ser el único que defienda esa relación. Si ambos quisieran, podrían intentar responder esas y otras interrogantes para definir a qué futuro aspiran, sin exigencias o promesas que traicionen sus deseos. El diálogo también puede ayudar a cerrar el vínculo si se dan cuenta de que es eso lo preferido.
Mariela Rodríguez Méndez, máster en Sicología Clínica