Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Ama tu entorno, ámate a ti

La búsqueda de placer no debe estar reñida con la responsabilidad ambiental en un mundo donde la sostenibilidad ambiental es un imperativo

Autor:

Mileyda Menéndez Dávila

 

La mejor herencia que podemos dejarles a nuestros hijos es un planeta en el que puedan vivir.
Anónimo

 

A raíz de un artículo publicado en septiembre sobre energías renovables y su vínculo con la sexualidad, nos contactó un lector matancero a quien conocimos en el campamento de verano de la Federación Estudiantil Universitaria ubicado en Varadero, en la década de 1990.

Con nostalgia recordó cuánto disfrutó nuestra generación de espacios como ese, en plena naturaleza, donde hacer el amor nos trasladaba a otra dimensión. Y no solo había sitios para pernoctar y compartir fluidos a totalidad, sino senderos para caminar de la mano o besarse, y ríos o presas donde bañarse juntos era magnífico preludio sensorial a otras pasiones.

En su opinión, la juventud actual se pierde esas experiencias porque en sus opciones de placer ponen primero los espacios cerrados y climatizados, o prefieren mirar (y hasta imitar) lo que hacen otros mediante pantallas y videojuegos.

¿Acaso sus padres no les mostraron modos más saludables de enamorarse?, pregunta. ¿Por qué no planean viajes de pareja para cambiar de escenario cuando celebran un aniversario, inician un noviazgo o están buscando un feliz embarazo?

Habría que empezar, amigo lector, por enamorar a quienes gestionan el turismo nacional para que incluyan esas ofertas con incentivo ecológico-amoroso, pues jóvenes motivados sí que hay, pero les es difícil coordinar por su cuenta ese tipo de aventuras, aunque deseo y voluntad les sobra, como hemos comprobado en las excursiones convocadas por Senti2Cuba.

Sin embargo, insiste el ingeniero Josmel Ruiz Ponce De León, especialista superior en Políticas de Comunicación en la Oficina Provincial para el Control de Uso Racional de la Energía en La Habana (Onure), que la búsqueda de placer no debe estar reñida con la responsabilidad ambiental en un mundo donde la sostenibilidad ambiental es un imperativo.

«Deberíamos aspirar a un amor más consciente hacia nosotros mismos y nuestro planeta, y ver nuestro erotismo como expresión de conexión profunda, intimidad y vitalidad», propone este joven colaborador.

Si desde los medios y redes fomentamos prácticas sexuales que respeten y valoren el entorno como aliciente del placer, crearemos en su imaginario una motivación para que el deseo y la sostenibilidad ambiental puedan coexistir, asegura.

Elegir con responsabilidad va de dónde y cuándo, pero también de cómo, porque el mercado globaliza productos con fines eróticos cuyos procesos de fabricación son contaminadores, o su vida útil es corta, o generan desechos, como las baterías no recargables, que es pésima idea echar a la basura común.

No se trata de negar la tecnología, acota Ruiz, sino de ser más conscientes al elegirla. Por ejemplo, existen juguetes sexuales fabricados con materiales ecológicos (silicona médica, madera o bioplásticos) y no estaría de más consultar su origen antes de adquirirlos.

No siempre es fácil identificarlos, pero hay símbolos en los envases que indican cuándo un material es reciclable y cuándo es tóxico, y además puedes consultar en internet si lo que ves tiene realmente la calidad y seguridad que te conviene.

De igual modo, pudieras proponerte elaborar en casa muchos de los regalos que darás a tus seres queridos, e incluso algunos de los artilugios que emplearás para tu placer íntimo, como hacen muchos entusiastas del Cosplay (juego de roles con personajes ficticios) y algunos practicantes de BDSM (bondage, dominación/ sumisión y sadomasoquismo), para quienes el placer empieza justamente con el diseño y la confección cuidadosa de sus piezas de culto.

Ruiz sugiere, además, optar por escapadas a lugares que funcionen con energías renovables: hoteles ecológicos, cabañas alimentadas por paneles solares, reservas naturales… Un silencio que permita dialogar sin distracciones, mirar la inmensidad del cielo estrellado y respirar aire limpio suelen favorecer la intimidad en lugares así, porque tu cuerpo recupera sus ritmos biológicos, tu mente descansa y los problemas cotidianos logran verse desde otros ángulos.

Apostar por la sostenibilidad te acerca a una sensualidad en sintonía con el mundo real. Cuando eres más consciente de tus elecciones, logras presencia en el ahora para apreciar cada emoción, y maduras con una mirada reflexiva sobre el impacto de tus acciones en el hoy y el mañana.

En esa actitud se basan las escuelas eróticas del Tao, el Tantra y varias culturas precolombinas, con sus herramientas para descubrir nuevas formas de placer alineadas con nuestros valores, como propone el especialista.

No es lo mismo hacer el amor que vivir el amor, y hoy apostamos por lo segundo. Libérate de expectativas sociales sobre cómo vivir tu erotismo y proponte (re)crear la comunicación con tus seres amados y hablar sobre deseos y límites sin perder tu conexión con el entorno, invita Ruiz.

Este viaje de autodescubrimiento y satisfacción personal puede ser metafórico, como cuando tomas decisiones favorables al medio ambiente, pero no está de más organizar tu vida para hacerlo real de vez en cuando. Explorar el placer a través de una lente sostenible no solo es innovador, sino también un acto de amor hacia nosotros mismos y hacia ese mundo que nos gustaría más próspero, saludable y justo.

De las redes

Cuando se acerca el fin de este 2025, compartimos los buenos deseos de Senti2Cuba para todas las personas que se suman a estos espacios de reflexión en los medios. Gracias, Germán, por sugerir este texto.

Que nuestra presencia deje huella en la memoria de otros.

Que alguien, incluso en la distancia, recuerde nuestra sonrisa y se sienta acompañado.

Que lo bueno que sembramos regrese convertido en bienestar para los demás.

Que alguna amistad, con el paso del tiempo, nos evoque con un nudo dulce en el pecho.

Que algún corazón nos conserve como un cariño que no se olvida.

Que seamos ese instante luminoso que cruza el camino de alguien y lo inspira sin saberlo.

Que, hoy y siempre, seamos un recuerdo amable, un eco de calidez que permanezca en quienes coincidieron con nuestra vida.

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