Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

«El lunes 6 de mayo del presente año, camino a la Universidad, tropecé en un camión con un muchacho que tuvo la intención de reclamar, pero al mirarme solo pudo sonreír y proponerme amparo en su posición para que no tropezara con nadie más.

«Me bajé dos paradas después para acceder al transporte que me llevaría definitivamente a mi destino, y para mi sorpresa la mano que extendida me esperaba era la de aquel bello joven sobre el cual me había precipitado dos minutos antes. No solo pagó mi pasaje (después de mirarme con insistencia), sino que osadamente tocó mis manos, acercándolas a él con el pretexto de elogiar mis uñas acrílicas.

«Soy una persona bastante temperamental, pero el roce de sus manos con las mías provocó una revuelta emocional en mi interior. Aún estaba asimilando una ruptura que había volcado casi toda mi vida y no entendía cómo este chico había despertado en mí esa sensación de placer que creía perdida, justo en la fecha en  que cumpliría cuatro años con mi ex novio.

«Antes de bajarse de la camioneta me pidió el número del móvil y rápidamente accedí. Minutos después, ya en la Universidad, recibí una llamada de él informándome que ese era su número y que estaba interesado en conocerme mejor. Luego me envió un mensaje de 543 caracteres diciendo que le había impresionado mucho y le gustaba en verdad.

«Pasamos unos cuantos días conociéndonos por teléfono. Hablábamos a toda hora, hasta que una noche me pidió que me asomara a la puerta de mi casa y ahí estaba él, tan guapo como lo recordaba. El cuento terminó en un feliz noviazgo, y después de tantas lágrimas pude ver las estrellas».

*El jurado de Flechazos estima importante aclarar que algunas historias estaban muy lindas, pero no se ajustaban a las bases del concurso porque eran muy largas o daban demasiados detalles más allá del primer encuentro amoroso. Ténganlo en cuenta para futuras convocatorias.