Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Prohibido olvidar

Autor:

Margarita Barrios

Crecí escuchando la historia de mi abuela, quien aseguraba que en la calurosa tarde habanera de aquel 13 de marzo de 1957 buscaba las novelas radiales, como era su costumbre, y se detuvo por casualidad en Radio Reloj. Así escuchó la alocución de José Antonio Echeverría. «Cuando cortaron su voz, supe que algo muy grave le iba a pasar», pensó entonces. Y lamentablemente no se equivocó.

Mi profesión me llevó un día a conocer a Juan Nuiry, uno de los protagonistas de aquella gesta en la que la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) y su Directorio Revolucionario decidieron «ajusticiar al tirano en su propia madriguera».

En nuestro primer encuentro, me dijo: «Fíjate que fuerza tuvo aquello para los cubanos, que a todo el que conozco me cuenta lo que estaba haciendo cuando ocurrieron los hechos... Nadie lo ha olvidado, por pequeño que sea».

Entonces le conté la historia de mi abuela, y me dijo: «Con los más jóvenes casi siempre me salvo de la anécdota, pero mira, contigo no ha sido así». Y destapó aquella risa contagiosa que poseía y selló nuestra amistad, que terminó solo con su fallecimiento en octubre de 2013.

Cada año, por esta fecha, Juan me llamaba por teléfono y me decía: «Ven, vamos a conspirar». Entonces pasábamos una tarde-noche revisando viejos papeles, mirando fotos, llamando a sus amigos combatientes y de ahí ideábamos un reportaje para Juventud Rebelde. Algo que se repetía cuando se acercaba alguna fecha de las que marcan la historia de la organización estudiantil.

Así tuve la suerte de conocer a varios protagonistas de aquellos hechos: Faure Chomón Mediavilla, Ángel Eros Sánchez, Julio García Oliveras (todos participantes de los sucesos, ya sea en Palacio o Radio Reloj). Y a Talía Laucirica Gallardo, quien fuera amiga y compañera de universidad de José Antonio Echeverría, y asistió a su funeral porque se encontraba en Cárdenas, ciudad natal de ambos, cuando ocurrieron los hechos.

Supe mucho más de José Antonio Echeverría, Fructuoso Rodríguez, Juan Pedro Carbó Serviá, José Machado Rodríguez y Joe Westbrook Rosales; y también de participantes en otras gestas de la FEU, como Francisco Castillo González, quien estuvo en la primera Marcha de las Antorchas.

Juan narraba sus vivencias con tal vehemencia que la curiosidad despertada en mí por la historia de la abuela se convirtió en imagen y sonido. Y sus recuerdos se multiplicaron en las páginas del diario.

En estos tiempos, cuando los sucesos que marcan la raíz de la nación se alejan cada vez más en el tiempo, será preciso buscar novedosas fórmulas para que esos relatos continúen llegando a los más jóvenes y las nuevas generaciones no olviden cuánto se hizo y costó la Revolución que hoy tenemos. 

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