El gesto desprendido y generoso que caracteriza a los cubanos en cualquier rincón de la geografía nacional —y hasta en otras tierras del mundo— demuestra cuántas brechas podemos zanjar en medio de las situaciones económicas que atraviesa el país por adversas que estas sean.
Tal es el caso de los muchos cubanos que se han transportado en vehículos estatales desde que el Presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez estremeciera las fibras de los choferes con el propósito de ser más solidarios en los puntos de embarque de pasajeros del país, a partir de la compleja situación energética en la nación, para así aliviar la transportación pública de pasajeros.
Luego de cuatro meses de esa convocatoria, en Matanzas, por ejemplo, se han movido miles de personas. Era algo que la población siempre ha añorado y criticado a su vez, porque es difícil estar en una parada y ver cómo los choferes o personas a las que están asignados carros estatales se consideran dueños de ese medio, sin calcular cuántas vicisitudes pudieran ayudar con solo parar y recoger a alguien.
Según las estadísticas de la Dirección Provincial de Transporte, en la Ciudad de los Puentes dejaron de circular con capacidades vacías 123 586 vehículos estatales, que durante las gestiones de trabajo se detuvieron para recoger a los necesitados. Además, en un momento complejo del transporte público, en la provincia yumurina se establecieron 332 puntos de embarque, que al restablecerse el servicio de ómnibus públicos fueron reducidos a 114.
La mejor respuesta la va a dar nuestro pueblo. Nos corresponde a todos asumir con responsabilidad, con solidaridad, con sentido de unidad y espíritu de sacrificio el enfrentamiento a esta hora coyuntural, expresó el Jefe de Estado, en septiembre último, en su comparecencia especial durante el programa televisivo Mesa Redonda, en el que informó al pueblo sobre la aplicación de nuevas medidas para enfrentar la compleja situación energética.
Pero todo no es color de rosas, muchos inconscientes todavía evaden su responsabilidad como conductores de un medio que pertenece al Estado. Aunque esta es una de las decisiones que llegó para quedarse, como sugiriera Díaz-Canel, no podemos afirmar que apreciemos plena conciencia del asunto, pues solo en tierra yumurina ha sido necesario sancionar administrativamente a 1 107 violadores de lo aprobado para sortear el déficit de combustible.
Muchos choferes evaden a los inspectores con los recurrentes pretextos de «voy hasta tal sitio» o «voy cerca», sin manera de comprobarse muchas veces su respuesta o su recorrido. Es cierto que de septiembre a la fecha miles de matanceros se han transportado en medios estatales, pero quedan resquicios en un tema que es bien sensible para la población.
Es verdad que en muchos casos ha primado la respuesta positiva que caracteriza a los cubanos; sin embargo, aún quedan insensibles que a veces ensombrecen el esfuerzo y las buenas intenciones que nos unen, en un momento crucial, ante el recrudecimiento del bloqueo comercial, económico y financiero estadounidense que persigue y sanciona a buques que transportan combustible hacia la Isla.
Si bien la voluntad solidaria de los nacidos en la Mayor de las Antillas se ha sentido en estos tiempos, aún nos desafía el comportamiento indiferente de algunos tras el volante, por lo que se hace necesario ser más enérgicos en la adopción de las medidas pertinentes y en el combate a esas actitudes que enmascaran egoísmo y apatía, en un momento en que debemos multiplicar la armonía y la ayuda por el bien de todos.