Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Héroes modernos

Autor:

Nyliam Vázquez García

Cuba es una madre privilegiada. De esta tierra nacen hombres y mujeres hechos de esas fibras excepcionales que deberían ser la regla y no la excepción planetaria. No necesita esta Isla importar personajes e historias para educar y asombrar a sus más pequeños, porque de sus esencias nacen héroes capaces de los más generosos sacrificios. Son parte de este pueblo, cuya historia, antigua y cotidiana, es digna de cualquier desprendimiento. Son hijos de Cuba.

No importa con cuánta saña los trate el enemigo, cuánto los torture, los hiera, los encierre. Ellos son más fuertes. Y sí, es cierto: 13 años en prisión siendo inocentes es un castigo horrendo. Se cumplen exactamente este 12 de septiembre. Pero Gerardo, René, Antonio, Fernando y Ramón nos han dado una lección de vida en cada una de estas jornadas. Defender a Cuba contra el terrorismo fue justo y necesario. Para esos hombres que nos han entregado buena parte de su juventud, la existencia de cada cubano bien vale la vida propia. Muchos estarían dispuestos.

Tiene razón el Presidente del Parlamento cubano en asegurar que son héroes; sí, pero prohibidos donde, de valer la verdad, tendrían que ser liberados inmediatamente. El Gobierno estadounidense ha conspirado durante más de una década para esconderla y, sobre todo, su implicación directa en las condenas absurdamente severas, en el pago descarado a periodistas de Miami para crear un estado de opinión negativo, en las constantes dilaciones del proceso legal…Todo para castigar a Cuba, ensañándose con cinco de sus mejores hijos.

Los Cinco sí tienen pruebas de cada una de estas fechorías, algunas de ellas obtenidas pasados diez años, y que ahora forman parte de los argumentos del último recurso legal, también dilatado. Sin embargo, Washington no pudo presentar ni una sola evidencia de sus acusaciones sobre la transmisión de ni un solo documento secreto por parte de los antiterroristas. Claro, muchísimo menos del vergonzoso cargo Tres que pesa sobre Gerardo, a quien sentenciaron por «conspiración para cometer asesinato», incluso después que el Gobierno estadounidense reconociera por escrito su fracaso en la empresa de probarlo. A pesar de todo, Gerardo fue condenado a morir dos veces en prisión y luego, como parte de una aberración sin límites, seguir preso por 15 años más.

Además del encierro cruel e injusto, en cinco cárceles separadas, sin comunicación entre ellos, de serles demoradas o impedidas las visitas de sus familiares, también son sometidos al silencio cómplice de la gran prensa. De ellos no se habla, a no ser por los esfuerzos de miles de personas solidarias en el mundo, cuya impronta tuvo que reconocer durante los procesos de resentencia de Antonio, Ramón y Fernando, la jueza de Miami Joan Lenard, en 2009. Y, a pesar de la gran campaña solidaria, para los ciudadanos estadounidenses, Gerardo, René, Antonio, Fernando y Ramón no existen. Consta un mandato de silencio exclusivo sobre el tema. La orden viene de la Casa Blanca.

El Gobierno estadounidense sabe que esa actitud suya, irrespetuosamente incoherente, lo acusa. O ¿cómo es posible que otras personas, a quienes encontró culpables de practicar espionaje real, no hayan recibido sentencias tan severas como las de los Cinco e, incluso, recuperaron su libertad o fueron deportados a sus países de origen?

A la altura de 13 años a nadie le quedan dudas de que este es un caso a todas luces político. Como adelantara el propio Gerardo Hernández, los Cinco serán libres cuando la justicia sea dictada por un jurado de millones. Y mientras sumamos voluntades, intentamos penetrar ese grueso muro de silencio, se escalan cimas para elevar el reclamo y se recogen firmas para el millón, habrá que seguir preguntándose lo mismo que los niños de La Colmenita: ¿Qué más podemos hacer?

Es mucho el tiempo de encierro, y ellos todavía sonríen, dan ánimos, escriben cartas, poemas, pintan, agradecen tanto esfuerzo, se sienten libres en cada acto de amor y, sobre todo, siguen dándonos razones para que sean los héroes de nuestros más pequeños, los héroes de estos tiempos.

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