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Guerrerismo de Netanyahu choca con masivo repudio de israelíes

Cientos de miles de manifestantes, incluidos familiares de los rehenes civiles y militares capturados por combatientes palestinos el pasado 7 de octubre, protagonizaron airadas protestas en Tel Aviv y Jerusalén contra el mandatario israelí

Autor:

Leonel Nodal

En otra expresión visible de su fracaso político y militar frente a la Resistencia Palestina en Gaza, el primer ministro Benjamín Netanyahu recibió este lunes el repudio en las calles de más de medio millón de israelíes y una huelga general que paralizó sectores clave del Estado sionista, en reclamo de un acuerdo de cese del fuego y el intercambio de prisioneros con Hamás.

Cientos de miles de manifestantes, incluidos familiares de los rehenes civiles y militares capturados por combatientes palestinos el pasado 7 de octubre, protagonizaron airadas protestas en Tel Aviv y Jerusalén contra el mandatario.

La huelga general en rechazo a la obstrucción de Netanyahu a un acuerdo que se negocia desde hace meses con Hamás paralizó escuelas, universidades, bancos, servicios de correos, el aeropuerto Ben Gurion, el transporte público y amplios sectores económicos.

El paro fue interrumpido en la tarde, tras una decisión del tribunal laboral de Israel, que ordenó terminar la medida de fuerza convocada por la central sindical Histadrut, para exigir a Netanyahu un alto el fuego sin más dilaciones tras la muerte de seis rehenes en un túnel en el sur de la Franja de Gaza al ser atacado por el ejército israelí.

En su versión, Netanyahu lo presentó como «un crimen horrendo» cometido por militantes de Hamás ante la proximidad de las tropas israelíes, pero los familiares y adversarios rechazaron sus argumentos y salieron indignados a las calles.

El líder opositor Yair Lapid, en una carta a los miembros del Gobierno, los acusó de ser «cómplices del mayor desastre en la historia del país y son responsables de todas las decisiones. Los secuestrados están muriendo uno a uno y el ejército está en su crisis más profunda».

Por su parte, la Casa Blanca informó que el presidente Joseph Biden y la vicepresidenta Kamala Harris discutieron los próximos pasos para lograr la liberación de los detenidos en la Franja de Gaza.

El diario The Washington Post dijo este lunes que Estados Unidos planea presentar una propuesta de acuerdo final a las partes en las próximas semanas sobre la guerra en Gaza.

El propio Biden opina que Netanyahu no está haciendo lo suficiente para alcanzar un acuerdo de intercambio de prisioneros con Hamás, ya que insiste en mantener el control militar de la línea fronteriza entre Egipto y la ciudad de Rafah, en Gaza.

Netanyahu dijo al Canal 12 que Israel no se retirará del Corredor de Filadelfia, en la frontera entre la Franja de Gaza y Egipto, ni después de 42 días ni después de 42 años.

Por su parte, Lapid asegura que Netanyahu inventó el obstáculo del Corredor de Filadelfia para frustrar un acuerdo de cese del fuego. Esa tregua a la larga marcará en la práctica su derrota política y militar, ya que significará la supervivencia de Hamás, a la que prometió exterminar.

Al respecto, el diario israelí Haaretz, citando a un alto oficial de la Fuerza Aérea israelí, informó que «es imposible continuar la guerra sin el apoyo estadounidense».

Tal vez eso sea lo que menos deba preocupar a los dirigentes sionistas, ya que en su primera entrevista desde que se convirtió en la candidata
presidencial demócrata la semana pasada, Harris le dijo a CNN: «Soy inequívoca e inquebrantable en mi compromiso con la defensa de Israel y su capacidad para defenderse, y eso no va a cambiar».

Entretanto, desde el pasado 27 de agosto, Israel lanzó una de las mayores operaciones militares en la Cisjordania ocupada en más de dos décadas, alegando la necesidad de aplacar los movimientos hostiles israelíes, ante la falta de control de la Autoridad Nacional Palestina (ANP).

Con buldóceres, tanquetas blindadas y decenas de tropas, el Ejército israelí comenzó una intensa embestida militar contra el norte del territorio, esencialmente las ciudades de Jenin, Tulkarem y Toubas.

El enclave, hogar de unos tres millones de palestinos, es territorio ilegalmente ocupado desde 1967, y donde Israel ha impuesto un régimen de apartheid racista y colonizador, que expropia progresivamente a sus legítimos propietarios y procura expulsarlos.

Al menos 24 palestinos han muerto en el asalto israelí de cinco días, que la corresponsal de Al Jazeera, Nida Ibrahim, calificó como «el ataque más destructivo que hemos visto» en décadas.

Israel ha asesinado al menos a 675 palestinos en la Cisjordania ocupada desde el 7 de octubre, y más de 10 300 residentes en el territorio han sido arrestados y encarcelados.

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