El canciller iraní, Mohammad Javad Zarif Autor: CNN Publicado: 01/02/2021 | 07:49 pm
Israel está al borde de un ataque de nervios, debido al declarado interés del presidente estadounidense Joe Biden, por regresar al acuerdo nuclear con Irán.
Los principales diarios del Estado judío, como The Jerusalem Post, Haaretz o The Times of Israel, así como analistas militares y políticos intentan descifrar el alcance de cada paso o gesto del presidente de Estados Unidos hacia Teherán.
La inquietud salta a la vista, a pesar de la alianza existente entre Washington y Tel Aviv, garantizada en numerosos acuerdos refrendados por el Congreso, fruto de una política bipartidista que privilegia la superioridad estratégica del Estado sionista.
«El presidente Biden aún no ha llamado al primer ministro Netanyahu» exclamó en su principal titular de primera plana The Jerusalem Post el domingo último.
El flamante inquilino de la Casa Blanca dejó correr los primeros 11 días de su mandato y cerró enero sin dirigirle ni un saludito al mayor instigador de la ruptura por Donald Trump del acuerdo sellado en 2015 con Irán por el Grupo 5+1, formado por Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Rusia y China —miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU— más Alemania.
Hasta el 31 de enero, Biden había llamado a los líderes de Canadá, México, Reino Unido, Francia, Alemania, OTAN, Rusia y Japón, en ese orden, pero no al Primer Ministro israelí.
No es necesario romperse la cabeza con demasiados análisis. Biden y sus asesores reconocen en los hechos el fracaso de la «política de máxima presión» de Trump, las extremas sanciones económicas y las peligrosas provocaciones militares, rechazadas con serena firmeza y energía por la República Islámica.
Los funcionarios israelíes se muestran urgidos de descubrir los detalles del plan del presidente Biden y su visión para volver a unirse al acuerdo con Irán de 2015.
Tras su confirmación por el Senado, el nuevo secretario de Estado, Antony Blinken, a cargo de instrumentar la política exterior de la administración demócrata, ratificó la decisión de volver al acuerdo nuclear con Irán y se comprometió a consultar con Israel y sus otros aliados de Oriente Medio, pero a su debido tiempo.
Funcionarios israelíes expresaron fuertes objeciones a que Washington se reincorpore al tratado nuclear y hasta emitieron amenazas contra Irán.
En un atrevido gesto sin precedentes, el jefe de las fuerzas armadas (FDI), Aviv Kohavi, criticó en público los planes de Estados Unidos y dijo que ordenó al ejército desarrollar planes operativos para atacar el programa nuclear de Irán.
Al parecer, el ministro de Defensa, Benny Gantz, luego reprendió a Kohavi por los comentarios.
En cualquier caso, el reclamo de la Casa Blanca a Irán de que abandone el enriquecimiento de uranio (emprendido al amparo del Acuerdo, un año después de la ruptura por Trump) entorpece el pronto inicio de negociaciones.
El canciller iraní, Mohammad Javad Zarif, ripostó que toca a Washington dar el primer paso, eliminando todas las sanciones adoptadas por Trump.
Estados Unidos violó el Acuerdo, recordó Zarif, bloqueó alimentos y medicinas a los iraníes, así como desconoció resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.
En cualquier caso las cartas están sobre la mesa. Comienza un tortuoso proceso, pero en una dirección que ya tiene en vilo a la guerrerista cúpula gobernante israelí.
El secretario de Estado, Antony Blinken. Foto:Reuters