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Las caricaturas editoriales o políticas en casi todos los medios abordaron el tema del Foro Económico Mundial de Davos 2020. Esta es la visión de Stephane Peray, de Tailandia. Autor: Juventud Rebelde Publicado: 23/01/2020 | 11:40 pm
El gran capital mundial tuvo su reunión anual esta semana. El frío suizo recibió otra vez a los grandes gestores económicos del orbe, quienes celebraron un Foro de cariz diferente, al menos en cuestión de retórica, que bien pudiera, o no, ser llevado a la práctica.
Desde la inauguración, Davos fue escenario de enfrentamientos. Por primera vez en el cronograma del evento se recogía el cambio climático —y su impacto en la economía— como uno de los principales tópicos, al tiempo que más de 200 manifestantes reclamaban el fin de la cita anual por ser sus principales gestores culpables de un sistema financiero que ha destruido el medio ambiente.
Por si esto fuera poco, tomaron podio dos de las principales figuras actuales sobre el tema: Greta Thunberg, la joven activista medioambiental, y el presidente estadounidense Donald Trump, quien como de costumbre negó los efectos nocivos del calentamiento global.
Pese a que la Organización Meteorológica Mundial confirmó que 2019 fue el segundo año más cálido jamás registrado, el Presidente estadounidense arremetió contra las pruebas científicas que alertan sobre una debacle medioambiental, refirió PL.
En su discurso, llamó a priorizar el desarrollo y rechazar a «los profetas de la destrucción que predicen el apocalipsis», y, al referirse a los activistas climáticos, sostuvo que «estos alarmistas siempre exigen lo mismo: poder absoluto para dominar, transformar y controlar cada aspecto de nuestras vidas».
Uno de los primeros en criticar al ocupante de la Casa Blanca fue el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz, quien cuestionó su silencio en materia ambiental.
En un informe difundido hace pocos días por el Foro Económico Mundial (FEM), los cinco principales riesgos globales determinados por su más reciente encuesta están asociados a los efectos adversos de eventos climáticos o ambientales.
La publicación reveló que, a diferencia de otros años, las preocupaciones de índole económica quedaron relegadas frente a las cuestiones medioambientales.
Este jueves, un día antes de la clausura, se desarrolló un panel sobre el derretimiento del Ártico como consecuencia del calentamiento global, con pronósticos alarmantes que incluyen la desaparición bajo las aguas de grandes extensiones del planeta, entre estas, ciudades populosas, advirtieron expertos.
Cuando se fundó el FEM hace cinco décadas el hielo era blanco, ahora es más delgado y, por tanto, más azul, lo cual provoca una mayor absorción de calor, lo que se conoce como efecto albedo, destacó Gail Whiteman, profesora de la Universidad de Lancaster.
Encabezados por directivos de grandes transnacionales y de gobernantes de las naciones más ricas, representantes de más de cien países se han reunido desde el martes y hasta este viernes en Davos para abordar temas claves en la actualidad.
Según un estudio de la agencia de noticias Bloomberg, al foro, llamado el club de los ricos, asisten más de cien multimillonarios con una fortuna combinada de 500 000 millones de dólares.
Al menos por esta vez, el tema no quedó fuera de la mesa, en un foro en el que se proyectan los caminos del dinero global. Queda por ver si realmente harán una economía verde en aras de que siga siendo blanco el gélido escenario de Davos.
