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La Ciudad Luz y el destello de la ira

Cuando no ha logrado apagar los «chalecos amarillos», el presidente francés encuentra otras protestas por su idea de reformar el sistema de pensiones

Autor:

Redacción Internacional

PARÍS, diciembre 5.— Las redes de transporte público de Francia quedaron paralizadas este jueves después de que los sindicatos iniciaran una huelga a nivel nacional con el objetivo de obligar al presidente Emmanuel Macron a abandonar sus planes de revisar el sistema de pensiones del país.

Muchas de las estaciones de tren y de metro de París estaban desiertas durante la hora pico, ante lo cual quienes necesitaban desplazarse desempolvaban sus bicicletas, compartían coche o simplemente decidían trabajar desde casa, reportó Reuters.

Antes del amanecer, policías antidisturbios se apostaron en el bulevar comercial de los Campos Elíseos, donde revisaron las bolsas de los peatones de cara a una jornada de protestas callejeras en las que el Gobierno advirtió que podrían infiltrarse grupos violentos.

El propio ministro de Transporte, Jean-Baptiste Djebbari, reconoció que «el transporte público será muy complicado, como lo será mañana y probablemente también este fin de semana».

La huelga de los trabajadores del sector público en todo el país es una de las mayores en décadas. Los sindicatos de izquierda quieren paralizar las redes de transporte, cerrar escuelas y provocar la acumulación de basura para obligar al presidente Macron a dar marcha atrás en su plan de reforma de pensiones.

SNCF, la empresa estatal encargada de gestionar la red de ferrocarriles del país, informó que sólo circularía uno de cada 10 trenes de cercanías y de alta velocidad. Los operadores ferroviarios Eurostar y Thalys cancelaron al menos la mitad de los servicios que unen París con Londres y Bruselas, mientras la autoridad de aviación civil pidió a las aerolíneas que cancelaran alrededor del 20 por ciento de sus vuelos, debido a los efectos de la huelga.

Se esperaba que más de la mitad de los profesores de primaria y secundaria siguieran la huelga, mientras que los servicios de urgencias de los hospitales de todo el país operarían bajo mínimos. Los sindicatos del transporte no han fijado una fecha límite para la huelga.

«Lo que tenemos que hacer es interrumpir la economía», dijo a Reuters Christian Grolier, alto cargo del sindicato de izquierda Force Ouvriere que agregó que «la gente desea entablar una lucha».

Hasta el ministro de Interior Christophe Castaner esperaba estragos de miles de manifestantes anarquistas del llamado «bloque negro» y de los «chalecos amarillos» y por ello ordenó el cierre de las tiendas a lo largo del trazado de la protesta. El dispositivo de respuesta contemplaba unos 6000 agentes de policía, entre ellos decenas de respuesta rápida en motocicletas.

En concreto, el presidente Emmanuel Macron quiere simplificar el sistema de pensiones francés, que comprende más de 40 planes diferentes, muchos de ellos con diferentes edades de jubilación y prestaciones. Macron considera que el sistema actual es injusto y demasiado costoso y busca uno basado en puntos, en virtud del cual, por cada euro aportado, todos los pensionistas tengan los mismos derechos.

En Francia, anteriores intentos de reforma en las pensiones acabaron mal. El Gobierno conservador del expresidente Jacques Chirac tuvo que ceder, en 1995, a la resistencia sindical, tras semanas de intensas protestas.

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