La delegación juvenil cubana ha mantenido una postura enérgica y diáfana. Autor: Roberto Suárez Publicado: 11/04/2018 | 03:43 pm
LIMA, Perú.— Aplausos prolongados estremecieron ayer el salón plenario del 5to. Foro de Jóvenes de las Américas, cuando en los minutos finales de la apertura de esta cita, Ronal Hidalgo Rivera, al frente de la delegación juvenil cubana, interrumpió para denunciar la acreditación para ese espacio de tres mercenarios que pretendieron ocupar el lugar de los verdaderos hijos de la Mayor de las Antillas.
La alerta, que desde el día anterior se había hecho a los coordinadores del Foro y también a través de los medios de prensa y las redes sociales, encontró entre las personas reunidas en el Centro Empresarial Real 8, San Isidro, un respaldo unánime, pues saben bien que los jóvenes antillanos estaban protestando frente al interés de elementos que integran organizaciones mercenarias que son financiadas desde el exterior.
Ellos, como apuntó Hidalgo Rivera, responden a los intereses de una potencia extranjera con una clara agenda de subversión y violencia contra el pueblo cubano. «Nuestro propósito es participar de manera respetuosa y constructiva en este espacio para contribuir a los debates que se generen, pero ante la ofensa, el irrespeto y la provocación tenemos que responder», dijo.
Foto: Roberto Suárez
Reiteró que esos sujetos no representan a la sociedad civil cubana y no gozan de legitimidad alguna. Al mismo tiempo, alertó sobre otras irregularidades que ya se han producido, entre ellas, que ningún joven cubano está incluido entre los seleccionados para participar este día 12 en el diálogo entre los actores sociales y los representantes de alto nivel de los Gobiernos.
Como una emboscada contra los jóvenes cubanos, quienes por segunda ocasión llegan a un foro de este tipo, puede calificarse lo que está sucediendo en Perú. Recordemos que quienes están en este país andino defienden las posturas y propuestas de los jóvenes que participaron en la consulta nacional del pasado 23 de marzo en La Habana, y que llegaron aquí luego de un proceso de postulación en respuesta a la convocatoria de la Young Americas Business Trust (YABT).
Foto: Roberto Suárez
Justamente, Luis Viguria, presidente ejecutivo de la YABT, que se presenta como una entidad que apoya a los «emprendedores latinoamericanos y caribeños», reconoció no haber permitido participar a los que se quieren hacer pasar por jóvenes delegados de Cuba.
Con esa respuesta no hacen otra cosa que lavarse las manos. Sin embargo, a pesar de estas escaramuzas los representantes antillanos en el Foro participaron en los debates de los tres grupos de trabajo: Gobernabilidad democrática y corrupción, Corrupción y desarrollo sostenible y Aspectos de cooperación, institucionalidad y alianzas público privadas.
El estudiante cubano de Derecho Raúl Alejandro Palmero, presidente nacional de la FEU, habló de los innumerables esfuerzos que hacen falta para concientizar la importancia de enfrentar la corrupción entre todos los actores sociales, bajo la conducción del Estado. En tal sentido, habló de las alianzas que existen entre la organización que él representa y las instituciones cubanas creadas con el objetivo de fiscalizar y controlar en el país.
Varios criterios reflejaron que una de las principales causas de corrupción es el neoliberalismo, que es, por esencia, un sistema que genera egoísmo, individualismo y búsqueda de ganancias a toda costa. Se habló también sobre la urgencia de utilizar las nuevas tecnologías como herramientas para hacer frente a este fenómeno.
Más allá de las opiniones de los delegados cubanos en busca de consensos, otras indicaron que este Foro sigue expresando de alguna forma el legado neoliberal y capitalista que ha acompañado a las cumbres de las Américas desde su surgimiento, a lo que se suma el papel injerencista que ha desempeñado en ellas la Organización de Estados Americanos, una entidad que históricamente ha estado subordinada a los intereses imperiales, algo que le impide servir de marco idóneo para encontrar vías de solución a los problemas de nuestros pueblos.
Foto: Roberto Suárez