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PUERTO PRÍNCIPE, noviembre 6.— La inestabilidad nuevamente presiona a Haití luego de que la mayoría de los candidatos opositores rechazan los resultados informados por el Consejo Electoral Provisional (CEP) de Haití.
De acuerdo con el CEP, los más votados fueron el oficialista Jovenel Moise y el opositor Jude Celestin, quienes disputarán la presidencia haitiana en una segunda vuelta electoral el 27 de diciembre pues ninguno alcanzó la mayoría requerida, reportó PL.
El CEP aseguró que Moise, del Partido Haitiano Tet Kale (PHTK), alcanzó en los comicios celebrados el 25 de octubre, 32,81 por ciento de los sufragios.
En segundo lugar ubicó a Celestin, de la Liga Alternativa por el Progreso y Emancipación Haitiana (Lapeh), con 25,27 por ciento.
En tercera posición quedó Jean Charles Moise, de la Plataforma Pitit Dessalines, con 14,27 por ciento, y más lejos Maryse Narcisse, de Familia Lavalas, con 7,05 por ciento.
Las reacciones de los candidatos y sus partidos no se hicieron esperar y casi todos rechazaron esos resultados preliminares y anunciaron su determinación de continuar las protestas para que «se respete» el voto popular.
Celestín, cuestionó los resultados oficiales y habló de supuestos fraudes por lo que pidió un nuevo recuento porque, dice el resultado anunciado el jueves no refleja la opinión mayoritaria de los haitianos.
En ese sentido pidió a los ciudadanos se movilicen en contra de los resultados y convocó a manifestaciones y actos de protesta.
Ante la situación el primer ministro haitiano, Evans Paul, anunció el pleno compromiso del Ejecutivo para velar por la paz social y la seguridad durante el resto del actual proceso electoral para permitir a los ciudadanos que sigan con tranquilidad con su vida cotidiana.
«El Gobierno cuenta con el patriotismo, la comprensión y la colaboración de todos los agentes políticos del país», afirmó Paul desde Puerto Príncipe, que vive en estos días bajo una fuerte presencia policial, informó EFE.
A su vez llamó «a favorecer el orden democrático nacional en la estricta observancia de la ley y de los principios civiles de la convivencia, indispensables para un progreso económico y social de nuestra querida patria».
