Iván Márquez, Comandante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia Ejército del Pueblo (FARC-EP) en conferencia de prensa junto a integrantes de las FARC-EP. Autor: Roberto Suárez Publicado: 21/09/2017 | 05:32 pm
Contrario a lo se esperaba, el sexto ciclo de conversaciones entre las FARC-EP y el Gobierno de Colombia culminó este jueves sin que se vislumbrara un acuerdo para el primer tema de la agenda vinculado a la tierra, pese a que ambas partes habían anticipado, durante los últimos días, un posible arreglo final para un tópico considerado el más importante de la agenda del diálogo iniciado hace cuatro meses.
No obstante, tanto Humberto de la Calle, representante del ejecutivo colombiano, como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo volvieron a hablar de avances y de ambiente positivo en las conversaciones.
De la Calle refirió, a través de un comunicado divulgado a la prensa, que dentro de las dificultades propias de temas tan complejos, el proceso de construcción de acuerdos marcha normalmente aunque «quisieran avanzar más rápido».
En tanto, el grupo insurgente aseguró que no se ha dado «ningún paso atrás, vamos siempre hacia adelante, avanzando de manera lenta, pero persistente», aunque reconocieron una serie de puntos no coincidentes que —alegan— aluden fundamentalmente al conflicto.
Entre las divergencias, Iván Márquez detalló la falta de visión común en torno al tema de la minería, la problemática del latifundio, la extranjerización de la tierra, así como al uso de tierras para la ganadería y la producción de agrocombustibles.
Para el futuro abordaje de asuntos y posible acuerdo final en este sentido, la fuerza guerrillera presentó otras nueve propuestas para la reafirmación de la soberanía frente al capital foráneo, que incluyen la revisión de tratados de libre comercio, y de acuerdos de protección y promoción recíproca de inversiones.
Márquez subrayó que las alrededor de cien propuestas formuladas hasta ahora por las FARC-EP se ajustan a la hoja de ruta trazada en agosto último, en tanto van dirigidas a la solución del problema agrario.
Por su parte, la delegación gubernamental reiteró, —tal como hiciera en el fin de ciclo anterior— que las discusiones para buscar acuerdos con la guerrilla se circunscriben a la agenda del acuerdo general pactado en agosto pasado. «El Gobierno no va a abrir estos diálogos a materias nuevas», subrayó De la Calle.
«No nos preocupa que la otra parte diga que estamos llevando a la mesa temas que no se incluyen en la agenda», acotó, por su parte, el líder insurgente, y remarcó que el objetivo de las FARC-EP es lograr una reforma agraria, democrática y profunda, para alcanzar una paz estable y duradera.
Tal como acostumbran en cada fin de ciclo, las partes emitieron un comunicado conjunto donde informaron acerca de su solicitud a la Oficina de la ONU en Colombia y a la Universidad Nacional, para la preparación de un nuevo foro sobre participación política, siguiente punto a discutir en la Mesa de diálogo.
Al respecto, el líder insurgente resaltó la importancia del próximo encuentro para el propósito de la paz porque —adelantó— se abordará el tema de la democracia a amplia escala.
Los negociadores invitaron a todos los colombianos y organizaciones sociales a participar con sus propuestas en ese punto. Márquez aseguró a todos los colombianos que se analizarán detenidamente las propuestas que se formulen para el enriquecimiento de la discusión.
Opinó que seguramente se instalarán muchas más mesas de trabajo para ese tema que las habilitadas para el foro agrario, que en noviembre pasado reunió a un millar de asistentes entre líderes regionales, organizaciones no gubernamentales, representantes de la cooperación y organismos internacionales, del Gobierno y el Congreso.
Las conversaciones entre las FARC-EP y el ejecutivo del Presidente Juan Manuel Santos se retomarán en el Palacio de Convenciones de La Habana el 2 de abril.