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No se detienen las largas colas para entrar al Salón de Honor de la Academia Militar Nacional, donde reposan los restos del comandante Hugo Chávez Frías. Autor: José M. Correa Publicado: 21/09/2017 | 05:31 pm
CARACAS.— Betto Miller es militante del Partido de los Trabajadores (PT) —«el partido de Lula»—, enfatiza en su fluido portuñol. Vive en Brasilia. Tan pronto supo del fallecimiento del presidente Hugo Chávez, se fue para el aeropuerto con su esposa y tomó el primer vuelo disponible rumbo a Venezuela.
«Vine a homenajearlo, porque Chávez es un hombre de Latinoamérica y del planeta. Un líder revolucionario de la humanidad. Porque fundó un proyecto al que se consagró con su ejemplo, su ideal, su inteligencia, su humanismo, sus sentimientos enormes para transformar la sociedad.
«Chávez también es un dirigente para el pueblo de Brasil.
«La presencia en Caracas de más de medio centenar de delegaciones extranjeras y más de 30 jefes de Estado o Gobierno es un reflejo de su autoridad moral indiscutible.
«La Venezuela de Chávez es un ejemplo para el mundo, sobre todo para el capitalismo en Europa, que está en crisis y tiene mucho que aprender de la obra del líder bolivariano. Por eso es que estoy aquí».
Desde un infierno neoliberal
Hugo Duarte es físico-matemático y explorador, le acompañan su amigo José, médico, y la joven Katherine, estudiante universitaria. Cuando supieron que el tributo a Chávez se extendería por siete días más, decidieron venir desde Perú lo más rápido posible.
Llegaron el viernes en la noche. Fue un viaje caro, pues como era de emergencia no habían muchos pasajes disponibles, «pero el dinero no importa, esto no se mide en reales», cuenta.
«Más que todo, vinimos a brindar nuestro respeto al Comandante. Y también vivir la historia del pueblo venezolano, esta historia que ya pertenece a Latinoamérica, al mundo entero.
«Arribamos a las dos de la mañana y vinimos directo para la Academia Militar. Vivo como a 400 kilómetros de Lima; mientras iba para el aeropuerto, pude escuchar los discursos de juramentación del señor Nicolás Maduro en la Asamblea Nacional y luego el que hizo en la capilla ardiente.
«Me agradó mucho oírlo. Tiene mi respeto. Posee una gran trayectoria política y creo que el pueblo lo va a apoyar. Quizá logre más votos, incluso, que Chávez, porque recoge su legado: la memoria de Chávez, el carisma de Chávez, la Revolución del pueblo.
«Este proceso tiene que continuar. A nosotros como peruanos, nos interesa bastante que siga triunfando. Vivimos en un paraíso neoliberal que no es paraíso, sino un infierno neoliberal, donde el 40 por ciento de la población es pobre, y el 27 por ciento vive en pobreza extrema; por eso es tan importante el avance y la consolidación de esta Revolución para el futuro del continente».
América serena
De niña tuvo que salir de su país; su padre era un perseguido político. América Vargas es de La Serena, en el norte de Chile, pero vive en Venezuela desde 1975. En el estado Portuguesa. Trabaja en la atención a personas con discapacidad.
Desde la madrugada está en la cola para entrar a la capilla ardiente de la Academia Militar y darle un adiós al presidente Chávez. «Él es el hombre del momento, del tiempo. El que nos hizo soñar otra vez. El que nos devolvió la esperanza.
«Primero perdimos a Allende, por la maldad de los hombres malos; hoy se nos va él; pero los dos se fueron invictos. Y si mi Allende no pudo ser despedido por el pueblo, Chávez sí. Se me antoja que con él, también América Latina le está rindiendo el tributo que nunca se le obsequió a aquel otro hombre limpio y bueno que fue el doctor Salvador Allende».
La nicaragüense Margelia Centeno también ha compartido años con los venezolanos, pero por otra causa: es parte de los miles de estudiantes que cursan carreras universitarias en Venezuela por los proyectos del presidente Hugo Chávez y la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA).
Estudia Ingeniería en agroalimentación, en el Instituto Tecnológico de Yaracuy. Trae un mensaje de sus compañeros de aula y la comunidad de estudiantes nicaragüenses aquí:
«Chávez siempre estará en el corazón de los jóvenes latinoamericanos, porque uno de sus grandes sueños fue consolidar la unión regional y promover la integración de los estudiantes, al lado de los cuales siempre estuvo. Su muerte es nacimiento y desafío, y los jóvenes debemos hacer realidad sus sueños».
Gente de los cerros
Yohana vive en El Junquito, un sector popular de Caracas. Desde ayer a las 7:00 de la noche está en la cola «para besar, si puede, la urna de Chávez».
Carga con su bebé. «No tenía con quien dejarla, pero tomamos todas las medidas: trajimos agua para hidratarla, teteros, cobijitas; ¿la comida?, no, yo la sigo lactando. Debía traerla. No queríamos perder la oportunidad de darle el último adiós a mi Comandante.
«Bueno, más que un adiós, un “por ahora”. Su corazón sigue latiendo en cada una de las misiones, en cada una de las obras, en cada uno de los rincones, en cada una de las casas de la Gran Misión Vivienda Venezuela que se han entregado y aún están por entregar, a personas que nunca habían tenido vivienda propia y ahora ven cumplidos sus sueños.
«Él nos ha unido. Nos instruyó que no nos quedemos en casa, que defendamos la Revolución en las calles, y hoy somos millones dándole un adiós y manteniéndonos en pie de lucha».
«¿Maduro? El Presidente Encargado será nuestro candidato en las próximas elecciones, y tenga por seguro que todos vamos a salir a votar. Yo, como miembro del Poder Popular, trabajaré en el colegio electoral de mi parroquia, y en las elecciones estaré de pie con el toque de diana, como parte de un pueblo que no quiere que su lucha quede aquí. Todo lo contrario.
«Seguiremos en la calle, queremos que se nos respete nuestra Constitución, contra la que se siguen levantando calumnias. La ley está para cumplirse, no para falsas interpretaciones. Así que, dentro de unas semanas, Maduro será el presidente constitucional, elegido; electo por el pueblo, y para el mundo».
