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FARC-EP pide al Gobierno salvar el diálogo de paz

Recientes declaraciones del presidente Juan Manuel Santos fueron respondidas a través de una carta abierta de la alta dirección de la guerrilla

Autor:

Yailé Balloqui Bonzón

Tensiones parecen rodear el diálogo de paz que se desarrolla en La Habana entre el Gobierno colombiano y las FARC-EP. Recientes declaraciones del presidente Juan Manuel Santos fueron respondidas a través de una carta abierta de la alta dirección de la guerrilla.

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), pidieron en la misiva firmada por Timoleón Jiménez, jefe del Estado Mayor Central de las FARC-EP, salvar los diálogos de paz poniendo fin a las actitudes negativas gubernamentales que están desestabilizando el proceso.

El documento, titulado «Salvemos la paz, Santos» fue dado a conocer por Andrés París antes del inicio de las pláticas y, posteriormente, publicada en la página web oficial de las FARC-EP. En ella la insurgencia muestra su disgusto ante recientes declaraciones de Santos que acusan a la insurgencia de robo de tierras.

A diferencia de lo habitual, la delegación guerrillera llegó en la mañana de este viernes al Palacio de Convenciones de La Habana sin dos de sus figuras principales, Iván Márquez y Ricardo Téllez.

El texto leído por París, hace referencia al acto de entrega de tierras a campesinos celebrado el pasado 20 de febrero en la provincia colombiana de San Vicente del Caguán, localidad donde hace 11 años el Gobierno del entonces presidente Andrés Pastrana y las FARC-EP interrumpieron otro intento de encontrar la paz.

Durante ese acto el presidente Santos informó de 1 600 000 hectáreas supuestamente usurpadas por la guerrilla y recuperadas por el Estado para «entregar a los campesinos la tierra que les corresponde y que les pertenece».

De ese modo, dice el texto de las FARC-EP, Juan Manuel Santos «aparece como el gran benefactor que materializa sus proyectos legislativos de redención social», pero —agrega— «ni una sola voz de los millones de desterrados o víctimas fue consultada por el Estado acerca de las leyes con que se pretendía favorecerlos».

Añaden que con esa actitud, el Gobierno colombiano puso en evidencia sus verdaderos objetivos, endeudar a los campesinos que deberán acudir a los bancos en busca de crédito para producir lo requerido por el mercado mundial.

No se trata de ayudar el campesinado —afirman— «sino de atender otra clase de conveniencias».

Lo más indicado para este sector de la población colombiana es «buscar nuevas actividades productivas en las que puedan ser competitivos», agrega la misiva.

Acusaciones tales como que la guerrilla ha arrebatado un sin número de hectáreas a miles de campesinos, y que están obligados a darles la cara a las víctimas del conflicto, «como si alguna vez hubiéramos manifestado nuestra negativa a hacerlo», apuntan, se puede solucionar a través de una comisión de alto nivel que verifique la situación real de esos territorios.

Tal misión podría estar integrada por los delegados de las FARC-EP y el Gobierno nacional, con la participación de gremios y diversas organizaciones sociales, con los garantes que sean necesarios, así como también diversas personalidades internacionales, Estados y organizaciones regionales que han manifestado su apoyo al proceso de paz en Colombia.

«Si bien es cierto que en la Mesa se han adelantado importantes avances de acuerdos, las actitudes oficiales que con los pretextos mencionados se repiten, amenazan con hundirlo en un pantano. Saquémoslo de ahí, ya, Santos. La tan estrecha y calculada concepción del proceso apunta a ahogarlo. Salvémoslo», exhortaron las FARC-EP.

Inmediatamente después de dada a conocer la carta abierta de la insurgencia, desde Bogotá el ministro del Interior de Colombia, Fernando Carrillo, advirtió que se avanzará a la paz si los rebeldes dejan de «secuestrar y atentar» contra la población de su país.

Carrillo ratificó que el Gobierno del presidente Santos tiene la firme intención de dialogar y terminar con el conflicto armado en el país, pero advirtió que eso es imposible si las FARC-EP no se comprometen verdaderamente con el mismo propósito, actuando pacíficamente.

«Creo que este es el propósito, ellos desempantanan el proceso actuando en conformidad con la unidad de paz», añadió.

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