Doctor Antonio Romero, presidente de la Cátedra Honorífica de Estudios sobre el Caribe, de la Universidad de La Habana. Autor: Raúl Pupo Publicado: 21/09/2017 | 05:27 pm
La cercanía estrecha entre Cuba y el Caribe no se limita solo a la geografía. Los mapas evidencian la proximidad, pero han sido y son los sólidos lazos históricos, políticos y culturales los que vinculan a la Mayor de las Antillas con la Comunidad del Caribe, como ha quedado refrendado a lo largo de los años en las excelentes relaciones mutuas basadas en el respeto y la cooperación.
La colonización en América comenzó justamente por el Caribe, donde también se inició la lucha por la independencia y contra el coloniaje, que tuvo su colofón en la Revolución Cubana. Desde entonces las naciones caribeñas hallaron en esta Isla a un aliado incondicional y el nexo necesario para enlazar a la subregión con la parte continental de América Latina.
Solidaridad y valentía política
Las relaciones de la isla de Cuba con el Caribe anglosajón comenzaron mucho antes de la época colonial, en gran medida como resultado de las constantes migraciones intercaribeñas de los pueblos originarios, existente en el área.
Ya durante las primeras décadas del siglo XX, miles de braceros haitianos y jamaicanos, y en menor proporción de otras islas del Caribe, fueron traídos hasta la Isla mayor para trabajar en los cortes de caña.
Luego del triunfo de 1959, cuando la Revolución Cubana se encontraba prácticamente aislada dentro del continente y enfrascada en su empeño de romper los cánones políticos impuestos hasta entonces en buena parte del mundo, cuatros de los países más importantes de esta área del Caribe —Trinidad y Tobago, Guyana, Jamaica y Barbados—, comenzaron a realizar pronunciamientos positivos en diversos foros regionales, reclamando la reincorporación de Cuba al concierto de naciones latinoamericanas y caribeñas, y establecieron relaciones diplomáticas con la Isla en 1972.
Este fue un hecho de indudable trascendencia histórica, que constituyó un gesto de gran solidaridad y valentía política de esas cuatro naciones.
Con objetivos concretos encaminados a lograr la integración económica, la coordinación de la política exterior y la cooperación entre los Estados miembros, se constituyó en 1973 la Comunidad del Caribe (Caricom), integrada por 14 Estados independientes y la isla de Montserrat.
Desde entonces la cooperación en todas las esferas se ha desarrollado de manera estable, con un diálogo franco al más alto nivel, evidenciado en los cuatro encuentros Caricom-Cuba realizados desde 2002.
También ha encontrado la nación antillana en el Caribe un estrecho aliado a la hora de rechazar en foros internacionales el bloqueo que Estados Unidos le ha impuesto por más de medio siglo.
A su vez, sin retórica, con hechos, nuestro país ha demostrado su lealtad y eso no lo olvidan nuestros vecinos.
Durante la IV Cumbre Caricom-Cuba, realizada el 8 de diciembre de 2011 en Puerto España, Trinidad y Tobago, el Presidente cubano, General de Ejército Raúl Castro Ruz, expresó: «Un Caribe unido y solidario es nuestro único camino», y ese camino lo describía como de «integración efectiva y mutua solidaridad».
Los mismo desafíos
Las relaciones económicas y políticas de Cuba con el resto del Caribe son hoy tan cálidas como lo han sido durante los últimos 40 años de relaciones diplomáticas.
Entre los retos que enfrentan ambas partes ahora está el desorden económico y comercial que sigue hundiendo a los países del Sur y que solo se podrá superar con la unidad de la subregión, según argumentó el Doctor Antonio Romero, presidente de la Cátedra Honorífica de Estudios sobre el Caribe, de la Universidad de La Habana.
En los últimos años, tanto Cuba como el Caribe han resultado economías muy golpeadas por la crisis económica internacional, no así el resto de América Latina, y eso tiene su explicación, enfatizó el investigador en conversación con JR.
Una de las razones fundamentales subyace en que estas son naciones que necesitan para su subsistencia de la importación de alimentos y petróleo —y agrega el también profesor universitario—, como resultado de los procesos negativos que han tenido lugar en el escenario económico internacional, los precios de estos dos rubros siguen en aumento, provocando una afectación importante.
Así, contrario a lo estimado, para 2012 los países de la Comunidad del Caribe (Caricom) no puedan iniciar finalmente un proceso recuperativo, enfatizó Romero.
Otro desafío al que se enfrenta el Caribe es al nefasto impacto del cambio climático, que amenaza con hacer desaparecer a todos los pequeños Estados insulares, y que también golpea fuertemente sus economías.
Desde la esfera regional
Existe una voluntad expresa por seguir profundizando las relaciones entre Cuba y la Comunidad del Caribe desde la integración regional.
El Gobierno cubano desarrolla importantes acciones en múltiples esferas como la educación, la formación de recursos humanos, la salud, la energía y otras. Hoy 1 574 colaboradores cubanos prestan servicio en países caribeños en distintas áreas. Por otro lado, 2 589 jóvenes caribeños se forman aquí como profesionales.
Pero ante el complejo escenario mundial que enfrentamos, la búsqueda de la unificación adquiere particular relevancia. Cuba felicita los esfuerzos de las naciones caribeñas en ese sentido, y se pronuncia a favor de continuar avanzando en el camino de la integración latinoamericana y caribeña. En ese contexto se otorga particular importancia a la participación activa de esos países en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
Interrogado al respecto, el Doctor Antonio Romero recuerda que los países caribeños desde un primer momento aplaudieron la conformación de la Celac, haciendo énfasis en la importancia de tener en cuenta las asimetrías, es decir los altos niveles de diferencia que existen entre los países que formen parte de cualquier bloque.
Estas islas, como la mayoría de las que integran ese foro regional, vulnerables a los cambios económicos mundiales y a los efectos del cambio climático, requieren un trato diferente y especializado que —han insistido— tiene que ser garantizado por el resto de los países que integren el bloque y que no estén expuestos a este tipo de agravantes.
Para esto la Celac, en su Declaración de Caracas, dedica un párrafo en el que pide «construir la unidad en el marco de la diversidad y otro que agrega que la solidaridad tiene que ser un elemento consustancial a la construcción de la Celac, y la solidaridad implica que hay que darles un tratamiento especial a países que están en desventaja en relación con otros», añadió Romero.
Por tanto uno de los retos más importantes que tendría la Comunidad en su trabajo con los países caribeños es tratar por todos los medios, y mediante vías de cooperación, de fortalecer mucho más las relaciones económicas, comerciales, financieras e incluso culturales entre estos y el resto de los países latinoamericanos.
Enfoque académico
Este año se celebran el cuadragésimo aniversario del establecimiento de las relaciones diplomáticas de Cuba con Barbados, Guyana, Jamaica y Trinidad y Tobago, hecho que tuvo lugar el 8 de diciembre de 1972 y que conllevó años después a la instauración del Día Cuba-Caricom en esa fecha.
En concordancia con la efeméride, la Cátedra de Estudios del Caribe de la Universidad de La Habana organiza anualmente un seminario internacional, que en esta ocasión se dedica a las cuatro décadas de relaciones entre la Mayor de las Antillas y las naciones caribeñas.
Desde un foro multidisciplinario de discusión y análisis sobre el Caribe confluirán en este evento más de 60 académicos de diferentes naciones, que abordarán entre el 5 y el 7 de diciembre próximos el significado de estos 40 años de positivos vínculos, los principales desafíos que esas relaciones enfrentarán, sus problemáticas y las implicaciones que se derivan de ello, resaltó el investigador Antonio Romero.