La Oclae ha acompañado y respaldado a los estudiantes chilenos en su lucha por una educación asequible, de calidad, y sin fines de lucro. Autor: Internet Publicado: 21/09/2017 | 05:23 pm
Plural, participativa, unitaria, antiimperialista, latinoamericanista, defensora de una educación pública, gratuita y de calidad para todos. Propósitos tan loables han distinguido por más de cuatro décadas y media a la Organización Continental Latinoamericana y Caribeña de Estudiantes (Oclae) que hoy, 11 de agosto, arriba a su aniversario 46.
Nacida como parte de las resoluciones aprobadas durante el IV Congreso Latinoamericano de Estudiantes celebrado en La Habana, en 1966, la constitución de esa plataforma regional significó la concreción de los ideales de solidaridad, justicia y emancipación del estudiantado de la región, inspirado en la Reforma de Córdoba que, en la Argentina de 1918, fue el resultado final de una serie de acciones estudiantiles que levantaron banderas a lo largo de todo el continente, convirtiéndose en un importante punto de referencia en la evolución de la Universidad latinoamericana del siglo XX.
Bajo la consigna Por la unidad antiimperialista del estudiantado latinoamericano, el encuentro de 1966 en la capital cubana constituyó un espacio relevante donde delegados de 23 países consideraron que el auge del movimiento revolucionario incrementaría la agresividad imperialista y que para combatirla era necesaria la unidad. Razón por la que, a lo largo de su historia, entre los propósitos de la Oclae está promover y desarrollar esa unidad entre los estudiantes, así como estrechar vínculos con la clase obrera.
Esta plataforma regional, que hoy agrupa y representa a cien millones de jóvenes, desde entonces refleja los intereses del estudiantado, sin dudas una de las fuerzas más renovadoras y amplias con que cuentan los pueblos, y defiende sus legítimos derechos y reivindicaciones.
Con un estatus consultivo en el Consejo Económico y Social de Naciones Unidas y categoría de relaciones formales de consulta con la Unesco, la Oclae refleja en sus posisiciones el sentir de una generación joven que suma fuerzas contra el imperialismo y sus garras intervencionistas, que han propiciado las más brutales dictaduras en varios países del área a un costo de decenas de miles de heridos, muertos y desaparecidos, entre ellos numerosos jóvenes.
Uno de ellos fue el puertorriqueño José Rafael Varona (Fefel), mártir de la organización que se integró desde temprano a las filas de la Federación de Universitarios Pro-Independencia (FUPI) de Puerto Rico y desde allí fue uno de los dirigentes estudiantiles más destacados durante las intensas luchas que estremecieron a la Universidad en esa Isla caribeña en los años 60.
Cumpliendo una misión de solidaridad de la Oclae en Vietnam, muere el 24 de marzo de 1968, víctima de heridas recibidas durante un bombardeo yanqui al hermano país indochino.
Una línea imborrable en el trabajo de la Oclae ha sido defender la independencia de Puerto Rico y respaldar a sus estudiantes quienes, desde hace varios años, han protagonizado numerosas acciones de protesta para exigir educación justa, y como respuesta solo han conseguido el recrudecimiento de las represiones contra ellos.
Enfrentar las políticas neoliberales y la crisis económica y social que socava al área, mediante las manifestaciones por una enseñanza que se extienda e integre a los movimientos obreros, ha sido también un propósito de la Oclae.
Juntos, a lo largo de la historia, los estudiantes latinoamericanos han levantado sus voces para exigir una educación pública, gratuita y de calidad, derecho humano fundamental para avanzar en el desarrollo de los pueblos.
En medio de la destrucción y el egoísmo que atentan contra la existencia de la especie humana, América Latina tiene en el estudiantado la vanguardia de la lucha por un futuro sostenible, que garantice el cumplimiento pleno de los derechos y avanzar hacia la integración definitiva de nuestros pueblos.