TEGUCIGALPA, diciembre 7.— Numerosos hondureños se daban cita, espontáneamente, esta noche, en las inmediaciones de la Embajada de Brasil, luego de que circularan rumores sobre la eventual salida del presidente constitucional Manuel Zelaya de esa legación diplomática, y del país.
Sin embargo, en declaraciones a Telesur, que logró contactarlo telefónicamente, Zelaya afirmó que no había pedido asilo político y aclaró que en caso de una eventual salida de su nación, esta tendría que darse dentro de su calidad de Presidente de los hondureños.
«Nosotros no tenemos ninguna confirmación específica ni documental, ni ninguna certeza de que el régimen me daría la libertad de circular de aquí al aeropuerto a visitar países a los que tengo todo el derecho de ir», declaró Zelaya a la televisora.
A última hora de la tarde, fueron los diarios de Tegucigalpa ligados al régimen los que llevaron a sus páginas de Internet el rumor de la salida de Zelaya, reportó Telesur.
«No sabíamos la procedencia del mensaje, y estamos convocando al pueblo para proteger la salida del Presidente», explicó Gilberto Ríos, integrante del Frente Nacional de Resistencia, en nuevo diálogo telefónico con la televisora.
Por su parte, AFP citaba a esa hora a una fuente del Gobierno mexicano que no identificó, y según la cual ese ejecutivo negociaba con Zelaya su eventual partida hacia esa nación, al tiempo que la Aeronáutica Civil de Honduras afirmaba que llegaría un avión mexicano a recoger al mandatario. Pero Zelaya no confirmó tales versiones.
Mientras, decenas de hondureños seguían acudiendo hacia la Embajada brasileña, a pesar de un intenso despliegue militar que incluía tanquetas para lanzar gases y soldados fuertemente armados, quienes rodeaban el inmueble en un extenso perímetro que impedía a cientos llegar, denunciaron líderes populares.
«¡Urge Mel!», volvieron a corear los manifestantes que lograron acercarse, quienes remarcaron que defenderían al mandatario ante el riesgo de que fuera capturado por las fuerzas del régimen.