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Atletismo cubano: entre esperanzas y retos en Nanjing

La escuela de triple salto llevará a tres de sus mejores exponentes a la fiesta del Mundial Bajo Techo con sede en la ciudad china de Nanjing

Autor:

Ariel Alejandro Niévares Luis

Aun cuando el atletismo cubano no pasa por sus mejores tiempos, la escuela de triple salto llevará a tres de sus mejores exponentes a la fiesta del Mundial Bajo Techo y constituirá la principal esperanza de medallas para la Mayor de las Antillas en el torneo con sede en la ciudad china de Nanjing, que animará a los fanáticos de este deporte entre el 21 y el 23 de marzo.

Sobre las posibilidades de la delegación cubana en la cita y los desafíos que debe superar esta disciplina, dialogó Juventud Rebelde con el comisionado
nacional, Rolando Carlos Charoo Estrada.  

—¿Qué perspectivas tiene Cuba para el Mundial Bajo Techo?

—Hoy, Leyanis Pérez es la más avanzada en el ranking mundial de la temporada, al ubicarse en el primer lugar con una marca de 14,62 metros, y ganó el tour mundial en pista cubierta de 2025. Además, ella obtuvo plata en el Mundial de Glasgow en 2024, así que posee experiencia en estas lides. Pero contamos con Liadagmis Povea, que se encuentra segunda en la temporada con salto de 14,57 metros y todos vieron su garra cuando alcanzó el cuarto lugar en los Juegos Olímpicos. Fue la mejor atleta cubana de nuestro deporte en París, apenas a dos centímetros de la medalla de bronce. 

«Por su parte, Lázaro Martínez hizo ajustes en su sistema de trabajo y preparación. Es un atleta con opciones de podio en el Mundial Bajo Techo y su registro de la temporada fue de 17,12 metros para estar sexto en el ranking. En el Mundial de Belgrado, en 2022, consiguió nuestro último título en estos torneos. Son las tres posibilidades que tenemos y con grandes oportunidades de medallas. El Mundial Bajo Techo es diferente al Aire Libre, se compite distinto y no van siempre las principales figuras.

«Nos queda también el Mundial al Aire Libre de Japón, en septiembre. Creo que llegaremos en buen estado. Ahí deben incorporarse estos tres atletas, junto a Daily Cooper —nuestra mejor representante en el medio fondo—, Luis Enrique Zayas en su mejor forma y Roxana Gómez, que hoy trabaja con el entrenador cubano Yassen Pérez, en Dominicana. Mientras, en los Panamericanos Junior aspiramos a ocho o nueve medallas de oro, pero hay que construir esa posibilidad de preseas porque no todos se ubican hoy entre el uno y el tres».

—Tanto en este Mundial como en los anteriores, el triple salto ha sido el estandarte, ¿cuál es la clave del éxito?

—Hace varios años se ha convertido en la proa del atletismo cubano. Tenemos muchos atletas con talento en el salto en Cuba. A la hora de seleccionar en los Juegos Escolares, tuvimos que reflexionar por la cantidad de muchachos con nivel que hay en triple femenino y masculino. La longitud se nos ha quedado un poquito atrás con relación al triple, pero hay calidad. Creo que la clave es la estabilidad en los entrenadores y los sistemas de preparación, que han propiciado que ese talento esté bien orientado. También el nivel adquirido por los profesores y el rigor que aplican al entrenamiento, sumado al talento de los deportistas. Nuestros entrenadores en el área de triple son excelentes, tanto Yoelbi Quesada, un hombre de pocas palabras pero innovador, como Ricardo Ponce, que es un gran pedagogo.

—En los últimos mundiales la velocidad ha quedado en deuda, sin embargo, en el Memorial Jesús Molina se vio a un grupo de jóvenes con muchas perspectivas, ¿qué estrategia de trabajo están siguiendo para mejorar los resultados?

—Hemos tenido un éxodo de atletas y entrenadores. El camino es largo y el reto bien grande, pero la velocidad está orientada. Hoy nuestros entrenadores también son jóvenes. En la pista corta, hemos revisado la labor metodológica y tomamos lo positivo que se realizó en otros tiempos. Por ejemplo, sumamos a Justo Navarro al Consejo Técnico-Asesor, y Santiago Hernández Antúnez ha estado con nosotros en intercambios con los profesores de los atletas jóvenes para darles herramientas que permitan avanzar. Hay talento en las vallas con Yander Herrera, Jocelyn Echazabal y Greisys Roble.

«Buscamos herramientas en la preparación desde el punto de vista técnico-metodológico. El profesor Rigoberto Quiala está al frente del área de velocidad y define un sistema de trabajo que estandarice indicadores para mayor rendimiento en el menor tiempo posible. Hay talento en los atletas y potencialidades reales. No podemos decir que en dos años lograremos lo que en el pasado. El alto rendimiento requiere tiempo, preparación, sistematicidad, rigor en el trabajo y madurez del atleta en virtud del rendimiento, pero vamos trabajando en la parte técnica. Reynaldo Espinosa es una muestra de ello y rompió el récord nacional que tenía más de 30 años en los 100 metros», aseguró.

 

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