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A menudo el ciclismo se torna un deporte individual, fundamentalmente en las pistas. Pero, en general, hablamos de una disciplina que es más atractiva cuando funciona bien el trabajo colectivo, sobre todo en las carreteras.
Es ahí, al chocar cara a cara con las largas distancias, donde la labor en conjunto se hace indispensable; porque cada jefe de filas, aún cuando carga la responsabilidad de darle el triunfo a su selección, necesitará siempre, y en cualquier escenario, de un co-líder que le guarde las espaldas.
Tampoco le podrá faltar el trabajo del gregario, que en ciclismo no es más que aquel que desempeña distintas labores dentro del equipo, como suministrar comida y bebida al resto de sus compañeros en competencia e, incluso, colocarse delante del destinado a ganar, para disminuir el rozamiento de este con el viento.
Es una función que todos pudieran llegar a cumplir dentro de una carrera, si de ello dependiera el éxito del líder y sin que para ellos importe jamás la búsqueda de algún logro individual.
En otros planos aún más anónimos, se encuentra el contrarrelojista, preparado en todo momento para robarse el show en las etapas de esa especialidad; y más abajo en la jerarquía encontramos al sprinter, a quien distingue su capacidad de poseer gran potencia y alta velocidad en trayectos cortos.
Uno nunca funciona sin los otros, aunque sea un pedalista en solitario el que finalmente cruce elevando los brazos por la línea de meta.
Para demostrarlo, ahí está el ejemplo, por solo citar uno, del colombiano Nairo Quintana y el costarricense Andrey Amador, ambos miembros del Movistar Team, y las tantas veces que el tico, siendo un ciclista con enormes aptitudes, ha tenido que cederle la gloria al ciclista cafetero.
La más reciente edición de la Ceratizit Challenge en España, vuelta que concluyera este domingo en Madrid, fue otra clásica muestra de cómo el trabajo en equipo puede mantener en la cima el nombre de un club, por toda una temporada.
Una cubana, nuestra principal estrella del pedal, Arlenis Sierra, fue crucial para que la mejor rutera de estos tiempos y líder del Movistar Team, la neerlandesa Annemiek Van Vleuten, se apropiara del título del certamen.
La chica de los Países Bajos reinó otro evento del año con acumulado de 12:21:46 horas en la clasificación general, aun cuando en la última etapa, corrida en 96 kilómetros (km) por la capital española, llegara en el puesto 50, a siete segundos de la italiana Elisa Balsamo, vencedora del tramo con 2:21:37 horas.
La manzanillera, por su parte, concluyó en el lugar 16 del listado, con 12:27:07 horas y este domingo terminó en el puesto 55, según la web del certamen.
Ya en la tabla por puntos, «Miek», como se le conoce a la europea, finalizó quinta con 41 unidades; entretanto, la Sierra de Cuba anclaba en el puesto 14, con 12 rayitas.
En la montaña la neerlandesa fue segunda con 32 puntos y la antillana quedó seis peldaños más abajo, con nueve.
Movistar había llegado a esta lid del Tour Mundial, además, con la danesa Emma Noorsgaard, la noruega Katrine Aalerud, la francesa Aude Bianic y la española Sarah Martín, y sin dudas, el éxito de Van Vleuten llevó también la marca de sus esfuerzos.
