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Caballero dio la primera sonrisa al buque insignia en tierra serbia. Autor: Facebook Publicado: 25/10/2021 | 10:01 pm
Mucho se podría escribir sobre el debut. Sobre los corrientazos en la nuca, acelerados por la fusta de los nervios previos. Sobre el tamborileo de la adrenalina en la sien. Sobre la sordera temporal, azuzada por la concentración extrema. El debut, casi siempre, es un ente de dos cabezas. Por un lado, tu rival. Por el otro, tu mente y las voces que se agolpan adentro. El camino a la gloria comienza por vencer a ambos contrincantes. La víspera, en Belgrado, Serbia, la escuadra cubana comenzó de la mejor manera su andar por el Campeonato Mundial de Boxeo luego de las victorias de nuestros primeros dos púgiles en liza.
Durante el primer turno, en el ring B del Štark Arena, Osvel Caballero sorteó sin dificultades sus primeros rounds en un campeonato del orbe. Nuestro representante en los 57 kilogramos dominó de campanazo a campanazo al joven azerí Umid Rustamov.
Osvel, traje azul, guantes blancos, novato en el papel, desparpajo de veterano, llevó siempre la iniciativa y limitó el libre albedrío de su rival. A base de golpes, lo trasladó continuamente hacia las cuerdas. Desde la esquina cubana le gritaban al nuestro «¡dale clases, dale clases!». El boxeo también es un deporte mental.
Rustamov, envalentonado en un inicio, intentó imitar —craso error— el estilo de pelea del gran Julio César la Cruz. Brazos abajo, golpes fugaces. Pero, queridos lectores y lectoras, una cosa es imitar y otra tener la calidad suficiente para hacerlo bien. Por cada golpe suyo, venían cuatro del cubano. El árbitro tuvo que llamarle la atención varias veces por golpear por debajo de la faja, bajar la cabeza o agarrar a Osvel. La defensa del nuestro, impenetrable.
El trabajo de piernas, ese baile inherente a nuestros púgiles, desquicia a los rivales. Varias veces pegó Rustamov la espalda al encerado, vencido por los resbalones y por el desequilibrio. Y cada una de las veces vez se tomó varios segundos para retomar el aliento. Desde la esquina, de nuevo lo vernáculo: « ¡está reventa’o!». Luego de tres asaltos, la decisión final, unánime para el cubano. Gran victoria de Osvel.
Un poco más tarde, el camagüeyano Kevin Brown también sumó su primera victoria en este tipo de eventos de manera mucho más fácil de lo que imaginó. Su rival, el experimentado jamaicano Joshua Frazer, no se presentó a la pelea en la división de los 67 kg, por lo que el nuestro avanzó de ronda sin tirar un solo golpe.
Dentro de unos días, el 28, Osvel se las verá con el iraní Sajad Mohammadpoursamarin en el cartel de 16vos. de final. Ojalá sea más fácil descifrarle los golpes que leer su apellido. Por su parte, Kevin se enfrentará al púgil de Seychelles Shain Barnsley Boniface.
