Rengifo es, hasta el día de hoy, la principal esperanza de las pruebas de velocidad en Cuba. Autor: Calixto N. Llanes Publicado: 23/08/2021 | 09:30 pm
Excusen la metáfora manida que titula este texto, pero a fin de cuentas lo sucedido la semana anterior durante el Mundial Juvenil de atletismo debe ser analizado con lupa si quiere constituir un precedente positivo. Al estadio Kasarani, de Nairobi, en Kenya, llegó una delegación cubana muy reducida, aunque el altísimo porcentaje conseguido por los cinco atletas asistentes, quienes subieron tres veces al podio, invita al optimismo entre los amantes del deporte rey en la Isla.
Y, sobre todo, la nota más halagüeña signada en suelo africano fue la ruptura de varios estigmas que han lastrado al atletismo por estos lares durante los últimos años: Cuba sí da velocistas y muestra de ello fue la extraordinaria demostración de Shainer Rengifo, quien logró incluirse en las finales de 100 y 200 metros, con el bronce del hectómetro como colofón.
Asimismo, el balista Juan Carley Vázquez devuelve el prestigio antillano a una modalidad en la cual cuenta Cuba incluso con una campeona olímpica, la guantanamera Yumileidi Cumbá. Ambos (Carley y Reginfo) consiguieron en Nairobi retarse a sí mismos, y si bien el primero quedó lejos de su marca personal, fue capaz de realizar una gran competencia y encaramarse a la cima del podio cuando ya tenía la «soga al cuello» y solo le quedaba un intento para tratar de superar al bielorruso Yauheni Bryhi.
El caso de Shainer es aún más llamativo, pues su bronce en los 100 metros llegó tras un ascenso notable en cada heat, a tal punto que realizó en Kenya las mejores carreras de su vida. Y aunque en la final no partía con el cartel de favorito para colgarse una presea, arreció en sus fuerzas para cruzar la línea de meta en un puesto de premio. Luego, la inclusión en la final de 200 metros sirvió para ratificar su talento: la brillante experiencia del hectómetro no fue fortuita.
Rengifo representa ahora un reto para los entrenadores de atletismo en Cuba. Cuenta con todas las cualidades necesarias para ser un buen corredor de 100 y 200 metros, así como para liderar en un futuro un hipotético relevo corto, mas deberán enfocar hacia él un proyecto inteligente y serio en el cual puedan explotarse aun más sus cualidades físicas y potenciarlas en pos de ir bajando poco a poco los tiempos.
El joven pinero tiene, además, madera de ganador, algo visible en la capacidad de exprimir su mejor rendimiento en la prueba más importante. En esto precisamente, deberá redoblar esfuerzos la jabalinista Yiselena Ballar, a priori la principal atleta cubana presente en Nairobi y luego medallista de bronce.
El tercer puesto también es meritorio, sí. Negarlo sería injusto e insensato. De todas maneras, incluso la misma Ballar debe sentirse inconforme, pues apenas pudo enviar el dardo varios metros por debajo de sus principales marcas.
En general, la actuación debe catalogarse como buena. Sin embargo, no es momento de lanzar serpentinas al viento. En primer lugar, los otros dos integrantes de la comitiva, la ochocentista Dayli Cooper y el martillista Ronald Mencía pueden ambicionar resultados más relevantes en próximas citas, pues cuentan con el talento para ello.
Y, además, asistir con solo cinco atletas a un certamen de este tipo, más allá de las consecuencias de la COVID-19 y otras lesiones, disminuye ostensiblemente las posibilidades de desarrollo de una disciplina con muchísimas opciones de medallas en citas multideportivas. Por ende, toca trabajar en mantener la efectividad, pero ampliar también el diapasón.