El polaco consiguió en Sochi el resultado de su vida. Autor: Tomada del sitio Przeglad Sportowy Publicado: 11/08/2021 | 07:45 pm
«Primero que nada, felicitarlo por ganar la Copa del Mundo. Considerando los rivales que venció en las últimas cuatro rondas, que nunca perdió una partida y obviamente jamás estuvo en una situación desesperada u obligado a ganar, es un gran logro. Así que, claramente, es el justo vencedor», dijo en una entrevista el noruego Magnus Carlsen, vestido de traje, como siempre anda en los grandes torneos. Calmado y sin hipocresía, se refirió al nuevo campeón de la Copa del Mundo de ajedrez.
Jan-Krzysztof Duda es el hombre del momento en el panorama ajedrecístico mundial, con todo y que los primeros estallidos de su victoria se produjeron el 5 de agosto, el día que remató a su último adversario poderoso en Sochi, ciudad rusa sede de la justa universal por casi un mes.
Nació en Polonia, exactamente en Cracovia, de donde es natural también Andrzej Duda, presidente polaco. Celebró sus 23 años en abril y es estudiante universitario. Antes de los 18, con 15 almanaques y 21 días consiguió el título de Gran Maestro, bien impresionante, y reunió una sarta de excelentes actuaciones que justificaban lo de prodigio. En julio de 2017 sobrepasó, por primera vez, la barrera de los 2 700 puntos de coeficiente ELO.
A Sochi llegó en el puesto 18 del ranking mundial, con acumulado de 2 738. Ahora mismo, después de su rotundo triunfo, según la página web Live Chess Ratings, descansa en el lugar 13, gracias a 2 756, bastante cerca de su récord personal.
Entre los 206 trebejistas que compitieron en el Grupo Open, era el decimosegundo preclasificado, por lo que pensar en él como un hipotético campeón hubiera sido para muchos un total despropósito. Lo antecedían verdaderos monstruos como el propio Carlsen, Fabiano Caruana, Levon Aronian, Shakhriyar Mamedyarov, Alexander Grischuk, Anish Giri, entre otros.
El camino para lograr un resultado de grandes magnitudes jamás ha sido fácil y eso no lo dudó Duda. En la Copa del Mundo fue paso a paso, fórmula muchas veces efectiva, con la cobardía como palabra no incorporada a su vocabulario y el apetito del que quiere lo nunca probado como premisa.
En su lista de víctimas aparecieron, por este orden, el paraguayo Guillermo Vázquez, el estadounidense Samuel Sevian, el iraní Pouya Idani y peces gordos a partir de octavos de final, como el ruso Grischuk, el indio Santosh Gujrathi Vidit, el ya leyenda Carlsen en semis y el ruso Sergey Karjakin por el título. Un detalle que es un sólido argumento para entender el magistral torneo del polaco: su rey no fue abatido ni una vez.
Jan-Krzysztof, entre los mejores del orbe en partidas rápidas, le aseguró al Gran Maestro británico Nigel Short, en un resumen del último enfrentamiento con Karjakin, estar «extremadamente feliz y exhausto. Obviamente, es el torneo de mi vida, al menos en ajedrez clásico, y no esperaba esto, ¡nunca, nunca! Y no sé por qué ha sucedido, para ser honesto. ¡Sinceramente, no tengo ni idea!».
Hoy, algunos días después de su conquista, debe haber entendido que lo logrado es mucho más que el torneo de su vida. En 2022 será el primer trebejista en representar a Polonia en un Torneo de Candidatos, según The Guardian.
Su bienaventuranza no ha hecho más que empezar.