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Estaré peleando hasta que pueda

Si en definitiva en 2021 se abren las cortinas de los Juegos Olímpicos de Tokio, la primera figura del taekwondo cubano saldrá en busca de la única presea que aún no adorna sus vitrinas

 

Autor:

Lianet Escobar Hernández

Ser el único representante del país en una cita olímpica, en un determinado deporte, seguramente es un peso difícil de soportar.

Sin embargo, para el joven atleta santiaguero Rafael Alba Castillo, su misión de llevar a Cuba y al taekwondo antillano al podio de los Juegos de Tokio 2021, más que una gran responsabilidad es un compromiso adquirido consigo y con quienes a diario lo ayudan a ser mejor deportista y persona, porque conocen realmente cuánto sacrificio hay detrás de cada resultado que se obtiene.

Así lo manifestó el muchacho de 27 años, miembro del equipo nacional de taekwondo desde 2011, en diálogo con Juventud Rebelde a través de las redes sociales.

Para el representante criollo en más de 80 kilogramos, no fue llano el camino hacia el preciado cupo a la cita nipona, antes sufrió la escaramuza de perder la posibilidad de clasificar por ranking.

«Luego de no obtener la clasificación directa la preparación se enfocó en el preolímpico. Por casi cuatro meses estuvimos preparándonos para los posibles contrarios a los que me enfrentaría, concentrado siempre en el representante de Brasil o el de Estados Unidos, que ya me había ganado en los Panamericanos de Lima», aseguró Alba Castillo.

«Casualmente en el evento clasificatorio, que fue en Costa Rica, me tocó discutir el boleto olímpico con el norteamericano Jonathan Healy, pero esta vez lo derroté 30-6. A pesar del resultado no considero que haya sido un evento fácil, te juegas mucho en una sola pelea y más con un contrario que ya te ha vencido», expresó.

Al doble titular mundial de la disciplina, primero en Puebla, México, en 2013, y luego en Manchester, Inglaterra, en 2019, la parada obligatoria por la COVID-19 le impuso un régimen  de entrenamiento basado fundamentalmente en la preparación física con el fin de comenzar el nuevo ciclo competitivo en mejor forma.

«Desde 2008 no me pasaba más de seis semanas en Santiago de Cuba, y he tenido tiempo de compartir con familiares y amigos», resaltó el también doble titular centroamericano.

Cuenta el muchacho que están variando los entrenamientos, saliendo un tanto de lo técnico-táctico que los caracteriza y enfocándose en elevar los indicadores físicos, entrenando en la playa y haciendo carreras en pendientes.

Luego de alcanzar el 9no. puesto
en los Juegos Olímpicos de Río 2016, la meta para él no es otra que la presea olímpica. «Es la única medalla que me falta por alcanzar, es un propósito osado, pero no imposible», aseguró Alba Castillo, quien fuera del círculo competitivo pretende conquistar su título de licenciado en Cultura Física.

«Estoy interesado en superarme también fuera del ámbito atlético. Este es un deporte
muy traumático que al no tener mucho roce internacional te obliga a estar entrenando violentamente todo el año para una o dos competiciones, algo que genera mucho desgaste y lesiones que, a la larga, acortan la vida útil del atleta.

«Solo les puedo asegurar que estaré peleando hasta que pueda», certificó el también llamado gigante del taekwondo cubano. 

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