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El cubano festejó el título de su club. Autor: Tomado de Internet Publicado: 05/10/2020 | 09:44 am
El Hereda San Pablo Burgos sigue siendo el candidato perfecto para ser un dolor de cabeza para los conjuntos en la Liga Endesa, igual o peor que en la temporada anterior, cuando a finales de junio avanzó hasta una de las semifinales del calificado circuito profesional de baloncesto de España, un resultado sin precedentes en la corta historia del club. Este fin de semana, por si fueron insuficientes las alegrías dadas a su hinchada, el plantel remató con actuación de cinco estrellas su tránsito por la Liga de Campeones del básquet europeo, en su campaña 2019-2020.
Después de una larga interrupción de seis meses debido a la pandemia, la Champions League reanudó sus acciones el 16 de septiembre donde se había quedado, en los octavos de final. Sin embargo, el Hereda San Pablo desde marzo había sellado su paso por esa instancia, tras doblegar por 84-81 y 95-80 al italiano Dinamo Sassari.
Reapareció el 30 de septiembre con triunfo contundente en cuartos ante el elenco Hapoel Bank YavahJerusalem, con pizarra de 92-65, consiguiendo su segunda victoria en el torneo contra el representativo israelí, luego de dividir honores en la etapa de grupos. Dos días después el quinteto de Burgos encaró con mucha resolución el partido frente al francés JDA Dijon, pues un éxito era sinónimo de meterse en la final. Una diferencia decisiva de 14 puntos —81-67—hizo posible que el equipo del cubano Jasiel Rivero continuara perfeccionando el sueño.
Así las cosas, el encuentro más esperado de la competición ocurrió el pasado domingo. En el OAKA Olympic Indoor Hall de Atenas, en Grecia, a puertas cerradas, el plantel local AEK Atenas, monarca en 2018, recibió a la tropa de Joan Peñarroya, la cual tenía algo muy claro, y es que no pararía hasta regresar a España con el trofeo de uno de los certámenes de clubes más reputados en el Viejo Continente.
Como ya todos conocen, la pretensión no quedó en el vacío y el Hereda San Pablo, con marcador de 85-74, obtuvo su primer título europeo, soberbia demostración que para muchos estaba fuera de cálculos. Primero porque fue su debut en la Liga de Campeones; segundo porque terminó en la tercera posición de la llave B —ocho victorias y seis derrotas—; y tercero porque entre los 32 planteles en liza, el vigente campeón era uno de los de menos recorrido internacional. Por supuesto, existen otras razones para alabar la gesta.
El capitalino Rivero, si bien como titular en la semifinal y en la discusión del primer puesto tuvo poco protagonismo, lo cierto es que sacó buena nota en este examen que fue la Champions League, pues en 17 encuentros acumuló 152 puntos (casi nueve por choque), nueve triples en 26 intentos, 85 rebotes (35 ofensivos y 50 defensivos), 14 asistencias y 64.1 por ciento de efectividad en tiros libres.
Con la autoestima por el cielo, después de conquistar este cetro continental, el equipo de Jasiel, con balance de dos victorias y un revés, asumirá este jueves la cuarta jornada de la Liga Endesa, frente al Casademont Zaragoza, en busca de un triunfo que lo coloque en mejor posición en la tabla. Obviamente, los clubes aumentarán las alertas porque saben, tras el reciente golpe de autoridad, que el plantel burgalés es un rival de cuidado.
El ala-pívot cubano registra en tres desafíos 27 unidades, dos encestes desde la larga distancia, 15 rebotes y par de tapones.
