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LIMA.— Preguntarle a un peruano por el pisco es como mentarle lo más sagrado de su tierra. Junto a Machu Picchu, el ceviche, la papa, las alpacas y la Inca Kola, esa bebida representa uno de los orgullos más grandes de la nación sudamericana.
Según los entendidos, no hay pisco malo. Cualquiera que tenga más de 40 grados de alcohol se califica como perfecto para el disfrute de aquellos que tienen un mínimo de cultura etílica. Eso sí, todos recomiendan beber con responsabilidad este «potente» líquido destilado a partir de la uva.
El pisco es un aguardiente que se hace a partir del fruto de la vid, motivo por el cual podría decirse que es familia lejana del elegante vino, aunque la realidad es que su consanguinidad está más cercana al brandy, con la única diferencia de que al pariente peruano no se le cría en barricas por un tiempo tan prolongado como al «primo» europeo.
El origen de esta conocida bebida espirituosa (igual que el whisky, el ron, el vodka o el tequila), estuvo vinculado a la necesidad de almacenar de forma perdurable el vino, para su posterior movimiento por toda la costa pacífica de América del Sur.
Se produce en las localidades de Lima, Arequipa, Moquegua y Tacna, mientras que un poco más al sur, en tierra chilena, Atacama y Coquimbo resultan ser los centros más importantes.
Una gran controversia rodea el uso del dichoso nombre del pisco. Perú y Chile, conocidos por su enorme rivalidad en prácticamente cualquier aspecto de la vida, se disputan la paternidad del aguardiente.
Por un lado, los peruanos afirman que tal apelativo viene de la provincia homónima, situada en Ica, en donde se produce desde finales del siglo XVI.
Mientras, sus vecinos chilenos reclaman también el derecho a usar esta palabra para identificar sus creaciones, alegando que la zona de La Unión, rebautizada luego como Pisco Elqui por su enorme tradición pisquera, les da derecho a poner esa palabra en sus bebidas.
El asunto es tan peliagudo, que ambos países tienen prohibido importar botellas desde el otro, siempre y cuando ese término de cinco letras venga impreso en su etiqueta. De cualquier manera, actualmente el pisco se sigue fabricando en los dos lugares, aunque para los peruanos el suyo siga siendo, cuando menos, insuperable.
