La debutante Mayvihanet Borges (derecha) dio a Cuba su sexta medalla en el canotaje. Foto: Flávio Florido/Lima 2019 Autor: Flavio Florido/Lima 2019 Publicado: 30/07/2019 | 09:26 pm
Lima.— El canotaje cubano cerró ayer sus andanzas por las aguas de la Albufera Medio Mundo, de Huacho. Una medalla de bronce de Mayvihanet Borges en el C1 a 500 metros significó la despedida de la tropa de piragüistas de la localidad de Végueta, tras cuatro días de dura brega ante los rivales y a la vez contra las bajas temperaturas del lejano Huacho.
La cosecha de las canoas y kayaks provenientes de la Mayor de las Antillas fue de dos títulos, par de medallas plateadas y un tercer puesto, para un total de seis preseas. Visto así, y haciendo un análisis exclusivamente numérico, podríamos decir que los nuestros estuvieron por debajo de lo acostumbrado.
Hace cuatro años, en Toronto, el equipo nacional había logrado una decena de podios, repartidos en seis premios dorados, dos argénteos, e igual cantidad de bronce. Antes, en Guadalajara 2011, el acumulado fue de nueve: cuatro victorias absolutas, tres subtítulos y un par de terceros lugares.
No obstante, si nos apegamos a los pronósticos precompetitivos que dieron los responsables de la selección, este deporte vino a la sede del deporte continental con la idea de llevarse hasta ocho metales: dos de oro y de plata, y cuatro de bronce. Por ello tampoco podemos decir que estuvo mal, pues aunque hubo un podio menos, la cantidad de galardones áureos se mantuvo.
Otro factor que echa por tierra la visión de un mal desempeño, es el hecho de que el equipo que llegó a la capital peruana muestra una gran renovación con respecto al que asistió a la cita canadiense.
Uno de los ejemplos de esa juventud fue la dupla campeona del C2 a 500 metros, cuyas dos integrantes, Borges y Katherin Nuevo (de solo 17 años) debutaron en estos juegos. También rompió el hielo panamericano el doble medallista Fernando Dayán Jorge (plata en el C1 y oro en el C2 a mil metros).
Mirando en contexto cómo han sido las cosas, entonces sí podemos valorar de positivo el trabajo de los muchachos y muchachas que paleta en mano dieron brillo a la bandera de la Estrella Solitaria. Si con esa juventud lograron apegarse a las siempre difíciles metas, las probabilidades de que se roben el show en Santiago 2023 no suenan nada mal.