Los naranjas se mostraron muy dominantes en los dos primeros partidos celebrados en su casa de la Sala Amistad. Autor: Roberto Morejón Publicado: 24/04/2018 | 07:48 pm
Cuando el conjunto de Sancti Spíritus venció por barrida a Capitalinas en la final de la Liga Superior de baloncesto para damas este año, la manera en que las yayaberas lograron su primera corona de la historia encajó con la mayoría de los pronósticos, pues las habaneras llegaron a esa instancia sin varias de sus jugadoras titulares, ausentes por compromisos contractuales en la Liga de Bolivia.
Por otra parte, la discusión del título del torneo varonil que acontece por estos días va dejando una impresión muy alejada de las cábalas previas al inicio de esta fase, pues de la gran rivalidad que se anunció entre los equipos de Villa Clara y Ciego de Ávila han existido contados atisbos.
Los naranjas se mostraron muy dominantes en los dos partidos iniciales en su pabellón de la Sala Amistad, de ahí que no pocos, a tenor con lo visto sobre la duela, sostengan ahora el criterio de que esta serie puede no regresar a predios villaclareños.
En ambos encuentros los Lobos vencieron por diferencia de más de diez cartones, y en el choque inaugural la debacle avileña fue tan grande que les permitió a sus oponentes llevarse el triunfo por ventaja de 30 puntos, una diferencia que desentona con las expectativas de cualquier final. El cierre de los dos juegos fue idéntico: en el del domingo, un triple que permitió a los ganadores llegar a cien unidades; y hace dos días, otro triple, esta vez de Andy Bofill, que cubrió más de tierra el revés de los avileños.
La tropa de Carlos Valle viajó con dos triunfos hasta la sala avileña Giraldo Córdova Cardín para reanudar mañana esta porfía y comenzarán el tercer partido con solamente dos períodos perdidos de los nueve jugados, incluyendo el tiempo extra del pasado lunes, el cual decretó la segunda sonrisa y la barrida en su territorio.
A decir verdad, sin un baloncesto de muchos elogios y tácticas, los villaclareños han enseñado mucho más sobre la cancha, apoyados por varios jugadores, con destaque especial en el flanco ofensivo para su indiscutible líder, el alero Andy Bofill, un veterano que generalmente luce con muy buena puntería desde diferentes zonas de juego, y en los dos cotejos acumula 59 puntos —en el último encestó 40—, además de una peculiar destreza para contribuir a su equipo burlando los marcajes.
Pero una de las ventajas de los Lobos es que fuera de Bofill, también existen variadas opciones de canastas, como han refrendado, entre otros, el ala pívot Osvaldo Pérez y el valiosísimo refuerzo matancero Yuniskel Molina —uno de los mejores jugadores de Cuba en este momento—, dupla que en el segundo juego rebasó los 20 puntos cada uno.
Un factor que también ha sido muy decisivo en el resultado actual, es la entronización bajo el acrílico del pívot villaclareño Yoel Cubillas, indudablemente el mejor hombre de ambos equipos en la captura de rebotes, tanto ofensivos como defensivos, cuya hegemonía la plantó desde los primeros minutos de esta serie. Las posibilidades en el juego interior de los naranjas han demostrado ser muy superiores a las de sus rivales en esta final.
Mientras, las huestes de Yoani Zaldívar, al no poder llevarse de la Sala Amistad la siempre importante división de honores, si desean emparejar las acciones tendrán que hacer varios reajustes a las estrategias mostradas en Santa Clara, necesidad que no parece nada fácil, sobre todo porque un líder como el de los villaclareños, en los Búfalos, no existe, ya que en esta edición su tradicional artillero William Granda no pudo estar a causa de una lesión.
Ante esa fisura, Zaldívar ha optado por darle más posibilidades ofensivas a Yasser Rodríguez, quien fue el máximo anotador del equipo en la fase clasificatoria, pero es un hombre cuya función es la de armar el juego y carece de la fibra de guía que tienen Bofill o el santiaguero Esteban Martínez, por mencionar solo dos ejemplos de nuestra liga.
Igualmente, como desventaja respecto a sus rivales, a los avileños les han faltado figuras sistemáticas que puedan asumir el control de los encestes para respaldar a Yasser.
Los esquemas defensivos de ambos conjuntos no han sido ejemplares, pero en este apartado los nueve veces campeones de Cuba han llevado la peor parte, principalmente en la zona perimetral, desprotegida muchas veces, lo que ha significado una abertura para que los villaclareños materialicen una parte no despreciable de sus acciones. En el último partido, el plantel de Carlos Valle, con buenos tiradores de larga distancia, anotó casi diez encestes de tres puntos, liderados por Bofill.
Un factor que ha impedido un mejor desempeño para los Búfalos ha sido la evidente desventaja que tienen en el juego interior, lo que los obliga a buscar opciones de canastas en otras zonas de la cancha. Sin embargo, el disparo desde el perímetro no lo han potenciado como debe ser y desde la línea de tiros libres la ineficiencia ha sido evidente.
Este jueves los villaclareños saldrán al tabloncillo de la Giraldo Córdova Cardín en busca de un tercer triunfo que los coloque en el umbral de su primera corona bajo este formato. Desde el otro lado de la cancha, los anfitriones intentarán conquistar su primera victoria y para ello, entre varios fundamentos, deben salir con una estrategia mucho más disciplinada y cohesionada que les aporte jugadas mejores elaboradas y no desesperadas.