Juan Miguel Echevarría debe ser uno de los titulares del atletismo cubano en Barranquilla. Autor: IAAF Publicado: 14/04/2018 | 08:03 pm
La santiaguera Plaza de Marte sigue tan viva como siempre. Es una tarde sabatina y la afluencia de personas allí llega a ser bulliciosa. Es un amplio espacio que involucra diferentes actividades y en una de sus esquinas este redactor avizora un grupo de casi 15 hombres que evidentemente hablan de algo interesante. Aunque ya no son los tiempos de la recordada Aplanadora santiaguera de béisbol, la cual era el tema preferido de los aficionados para estremecer ese sitio con la polémica, en la Plaza de Marte ni el béisbol ni el deporte han muerto.
Al involucrarme en la animada conversación descubro una pequeña casualidad. En Santiago de Cuba me encuentro acompañando a un grupo de aproximadamente 90 atletas, de ellos más de la mitad con presencia segura en los próximos Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla, y el ecuador del debate se concentra en la posible actuación de la comitiva antillana en la cita regional. A pesar del optimismo, casi todos los presentes coinciden en que será complejo terminar en el primer puesto del medallero por países.
El mismo criterio de ese reducido segmento de la población indómita lo sostienen muchos seguidores de nuestro deporte en el país. Incluso, varios atletas con los que conversé en el recorrido por lugares históricos de Santiago de Cuba y otras provincias orientales no viven de espaldas a la realidad. Son conscientes de que el reto es grande en Barranquilla y las subsedes de los juegos, principalmente por la condición de anfitriona que favorece a Colombia, dispuesta a toda costa a asaltar por primera vez la cima del más añejo evento multideportivo del mundo.
En las 22 ediciones que se han desarrollado, la Isla ha estado en 19, mientras que la única nación que ha participado en todas las justas ha sido México.
Sin embargo, el escenario competitivo que se vivirá a partir del 19 de julio en tierras cafeteras tiene un elevado valor para Cuba, toda vez que implica la necesidad de ratificar la cúspide del medallero, la cual se ha obtenido en 12 ocasiones y no se ha perdido en ninguna de las versiones a las que ha asistido la Mayor de las Antillas desde la lid de Ciudad de Panamá, 1970. En total, Cuba acumula 1 752 títulos.
El panorama más difícil de la historia
Desde que nuestro país se apoderó definitivamente del primer puesto, a partir de la edición acontecida en Panamá, lo hizo con un dominio avasallador en comparación con su más próximo seguidor, siempre México. En Ponce 1993, a pesar de los abandonos de atletas que sufrió la delegación antillana, no solo se sumó otro primer puesto, sino que la cima se mantuvo gracias a una ventaja abrumadora sobre el representativo azteca de 161 títulos, y tres años antes, cuando Ciudad de México sirvió de sede, se superó a los locales por 66 cetros.
Con el inicio del presente siglo, el dominio categórico de antaño se redujo considerablemente. Tras la conocida ausencia a la edición de San Salvador 2002 por falta de seguridad para nuestros representantes, en los juegos siguientes, efectuados en Cartagena de Indias 2006, el primer lugar se conquistó con una ventaja de 32 coronas. Mientras que en la última justa, que tuvo por sede la ciudad mexicana de Veracruz, se ganó con una estrecha superioridad de ocho medallas doradas.
En ese certamen la comitiva cubana, cuando faltaban tres jornadas para la clausura, se encontraba inmersa en una lucha encarnizada por la cúspide con los anfitriones, situación que obedeció, como principal razón, a un calendario estratégicamente confeccionado por los organizadores con el fin de beneficiar a su país en el propósito de alcanzar la cima, privilegio que disfrutaron cuatro años antes en Mayagüez, ante la no presentación de la escuadra insular.
Probablemente Cuba enfrentará una situación más exigente que la vivida en Veracruz, dentro de tres meses en Barranquilla. Junto al empuje consabido de la delegación mexicana, tendrán que lidiar con el mayor óbice del evento, la amplia representación anfitriona, que concursará con más de 700 activos en un calendario inteligentemente pensado a favor de los colombianos, que incluye 470 pruebas, 38 más que en Veracruz y 93 en las que no habrá competidores antillanos, lo que denota que no tendremos posibilidades de participar en casi el 20 por ciento de las finales.
Además de esa preocupante desventaja, también nuestro movimiento deportivo chocará con otro de los obstáculos del programa competitivo, pues las ocho primeras fechas deben ser favorables para los locales, algo que nos coloca con el apremio agregado de tributar numerosos títulos en las jornadas conclusivas en pos de terminar en el primer escaño.
Para la recta final del compromiso de marras habrá definiciones en atletismo, boxeo, canotaje, judo y lucha, disciplinas que junto al tiro deportivo y el remo —ubicadas en el inicio del programa— están llamadas a tener un rol determinante en nuestra aspiración principal, siempre y cuando respondan con botines eficientes cada una. En una lid en la que la pérdida de cada título previsto casi seguro puede ser muy costosa a la postre, el boxeo antillano no contará, como es sabido, con representantes en las divisiones de 49 kg y 52 kg.
Junto a esos deportes que tienen definida la misión de llevar la batuta, deben sumarse las no menos importantes contribuciones de otras disciplinas que respalden la necesidad de sobrepasar el total de 125 preseas doradas, cosecha con la que se pudiera mantener el reinado histórico.
Sin embargo, no debemos ignorar otras cuestiones como que en suelo cafetero 15 disciplinas ofrecerán cupos para los Juegos Panamericanos de Lima en el año próximo, algo que invita a suponer que no pocas delegaciones se fortalecerán con varias de sus mejores cartas. Asimismo, a la venidera fiesta regional asistirán más de una treintena de entrenadores cubanos en representación de otros países, los cuales, como es lógico, tienen conocimientos vastos de las características del deporte antillano.
Barranquilla promete ser la edición más exigente que enfrentará el deporte cubano en los más de 90 años de historia de la cita regional. En el contexto actual en el área, varios países, entre ellos Colombia y México, por supuesto, han interiorizado muy bien la importancia de inyectar con sustanciosos presupuestos a su deporte, en materia de infraestructura, becas de estimulación, condiciones de entrenamiento y fogueo internacional.
Cuba, a pesar de las limitaciones financieras que tiene, no ha descuidado su movimiento deportivo y ha sabido satisfacer necesidades de sus atletas para que, dentro de lo posible, cumplimenten bases de entrenamiento en otras naciones, acudan a competiciones de nivel y tengan una respetable formación académica y deportiva. Eso ha repercutido en que nuestro país se mantenga como un referente en este ámbito en el mundo.
Toman el batón cuatro de los principales
La última disciplina en lograr clasificaciones para la cada vez más inminente cita estival fue el raquetbol y con ese incremento la Isla tiene 475 exponentes asegurados —259 hombres y 216 mujeres— y faltan por definirse las plazas en atletismo, natación y clavados, deportes que deben redondear el propósito de asistir con una comitiva compuesta por más de 560 atletas en 33 deportes, según declaró José Antonio Miranda, director de Alto Rendimiento del Inder.
Con el propósito de conocer cómo están los ánimos en cuatro de los deportes que deben tener notable influencia en el medallero final, JR conversó con algunos de sus representantes. «No será fácil terminar primeros en el atletismo, pero sí consideramos que sea posible. Hay pruebas en las que tenemos gran fortaleza y otras que estamos potenciando, ante el nivel parejo que tienen en el área», explicó Yipsi Moreno, metodóloga nacional de Atletismo, disciplina que en Veracruz contribuyó con 23 coronas al medallero antillano.
El pistolero Jorge Félix Álvarez, integrante del equipo de tiro deportivo —hace cuatro años tributó 14 gallardetes— declaró que es muy complicado predecir la actuación del tiro cubano en Barranquilla, pero si se mantiene la buena preparación y los resultados continúan en el rango de lo logrado, deben estar sobre los 16 cetros e incluso puede que más, en correspondencia con el comportamiento de él y sus compañeros en el evento.
Por su parte, el mejor remero cubano de la historia, el guantanamero Ángel Fournier, comentó que su deporte, con actuación perfecta de diez oros en la pasada justa, tiene la responsabilidad de aportar al medallero y para ese fin cuenta con varias modalidades fuertes y otras que deben reforzarse un poco más.
Mientras que Yosniel Domínguez, entrenador principal de la selección nacional de canotaje, que en Veracruz sumó ocho diademas, dijo que el propósito es mantener el primer lugar en su disciplina y sobrepasar el botín conquistado en tierra azteca, apoyado en las modalidades de puntería y guiados por la dupla de Serguey Torres y Fernando Dayán Jorge. «Como equipo no creo que Colombia nos ofrezca alguna preocupación, puede que México sí», concluyó.