Cuando hoy se cumple el quinto aniversario de ser declarada la fecha como Día del Juego Limpio, Cuba llega a la efeméride ocupando por primera vez la vicepresidencia de un grupo de la Unesco de lucha contra el dopaje, en reconocimiento a la labor de la Isla en este ámbito.
La Mayor de las Antillas destaca entre las naciones que más cumplen con la Convención Internacional de Lucha contra el Dopaje, resultado en el que influye el trabajo preventivo y de sensibilización realizado con nuestros atletas por los especialistas del Instituto de Medicina del Deporte y los entrenadores del Inder.
Además, tienen un gran impacto los controles que anualmente hace la Brigada Nacional Antidopaje en etapas preparatorias o en competencia, ya sea a atletas de alto rendimiento o a aquellos que se inician en nuestras escuelas deportivas.
Contar desde 2001 con un Laboratorio Antidoping, que tuvo como su principal artífice a Fidel, también es un factor decisivo en la baja incidencia de ese flagelo en la Isla.
Desde su fundación, el laboratorio ha procesado más de 20 000 muestras de atletas cubanos y en 2017 impuso récord de 4 729 análisis, lo que sobrepasa con creces los 3 000 exigidas por la Agencia Mundial Antidopaje, entidad que ha acreditado a la institución insular por 15 años consecutivos.
Otra de las fortalezas del sistema cubano fue la creación en 2008 del Órgano Nacional Antidopaje de la República de Cuba (Onarc), el cual está adscrito al Comité Olímpico Cubano y que tiene como misión principal la educación y el control antidopaje, además de ser el encargado de sancionar a los atletas que incurran en ese flagelo.
En aras de realizar un trabajo más abarcador y eficiente el Onarc trabaja de manera mancomunada con varios ministerios, entre ellos, los de Educación, Salud Pública, Justicia, y el del Interior.