La defensa ha sido uno de los renglones menos favorables para los cubanos. Autor: FIBA Publicado: 27/02/2018 | 07:47 pm
Muy a menudo he escuchado que es necesario soñar, tener ilusiones de lograr un propósito, aunque parezca improbable a primera vista. Eso sí, hace falta creer y ponerle ganas, por encima de cualquier cosa. Pero hay veces en que no basta con todo eso, la realidad se muestra cruda y hace sus jugarretas, y lo que concentró casi todas nuestras expectativas en un determinado momento, queda en naderías. Reza una verdad como un templo que el que vive de ilusiones, muere de realidades.
Y eso les ha ocurrido a todos los que creyeron que la selección nacional masculina de baloncesto podría tener una mejor situación a estas alturas, en su grupo clasificatorio de FIBA Américas con destino final en la Copa del Mundo de China en 2019. Los nuestros han pasado las dos primeras ventanas clasificatorias y el panorama peor no puede estar, después de cuatro partidos celebrados, que derivaron en igual cantidad de tropiezos, y una soga en el cuello que amenaza seriamente con apretarse dentro de cuatro meses.
La escuadra cubana está prácticamente eliminada de la siguiente ronda, a la que accederán los tres primeros conjuntos de cada uno de los cuatro apartados que componen el clasificatorio de nuestra área. La única opción que les va quedando a los discípulos del avileño Yoanni Zaldívar es una misión asaz compleja: derrotar el 28 de junio y el 1ro. de julio próximos a los dos conjuntos más potentes de su llave, la C, dígase Puerto Rico y Estados Unidos, y jugar con otros factores ajenos.
Precisamente ante boricuas y estadounidenses los antillanos han sufrido dos crueles derrotas, mientras que México ha sido victimario en par de ocasiones, la última hace dos días en la habanera Ciudad Deportiva con marcador de 75-52, en un partido con un cariz muy distinto al celebrado el 23 de noviembre pasado en la cancha mexicana Domo de la Feria, cuando los nuestros tropezaron cerradamente por 66-72.
El último enfrentamiento entre ambos planteles dejó un dominio azteca que se pudo apreciar durante la mayoría de los minutos, sin jugar los vencedores un baloncesto digno de los más bonitos elogios. Cuba contó con el capitalino Jasiel Rivero como mejor anotador con 18 cartones, mientras que el santiaguero Javier Jústiz, un hombre llamado a ser líder, realmente tuvo pocos aplausos en su rol de encestador, al apuntarse nueve tantos, aunque en rebotes sí se lució, con 14.
Como notas generales quedan las que vieron cada uno de los testigos del encuentro y las que ratifican las estadísticas. La defensa cubana, una vez más, tuvo no pocas fisuras, mientras que el necesario juego colectivo no contó con la efectividad deseada y la consecución de jugadas muchas veces se vio interrumpida a causa de repetidas pérdidas de balones. Eso, sin hablar de los problemas en el sector ofensivo: nada más se coló el 35.7 por ciento en los intentos de campo.