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LAS TUNAS.— Cuando el lunes iba a salir de esta ciudad rumbo a Bayamo le dije a la carpetera del lugar donde nos hospedaron: no alojes a nadie en mi habitación, que regresamos el viernes. Me midió con una cinta métrica en los ojos y replicó: «Olvídalo, porque esto se acaba allá», y no pocos colegas míos le dieron la razón. Ayer, cuando me vio descender del ómnibus, clavó la mirada en los papeles y se puso unos audífonos virtuales para no escucharme.
El play off puede decirse hoy. Si ganan los Alazanes, se convierten en bicampeones; en cambio, otra remontada de los Leñadores los coronaría mañana por primera vez. Sin embargo, como me dijo un aficionado en Bayamo, esta vez el campeón es Oriente.
La vieja rivalidad entre Santiago de Cuba e Industriales se acabó en la semifinal, cuando los dos equipos del occidente (los Azules y los Cocodrilos de Matanzas) abdicaron ante tuneros y granmenses, respectivamente. Ahora el espectáculo es otro. Con tambores sonando hasta que sueltan el cuero y salvo las excepciones —que siempre hay indisciplinados— es el play off de los abrazos.
Los Alazanes supieron aprovechar la mística de su estadio; allí llevan ocho triunfos seguidos en postemporada, dos en la final pasada y seis ahora. Los Leñadores no pudieron quebrar esa racha, ni siquiera la noche que Lázaro Blanco se fue dejando el marcador debajo. Ese era un juego crucial. Blanco no ganó, pero su equipo tampoco perdió.
Si Granma retiene el título, hasta ahora el Jugador Más Valioso para este redactor es Roel Santos. ¡Qué manera de desestabilizar a los contrarios!, se embasa como le toca a un primer bate, es un relámpago entre las bases y un show que el público disfruta hasta la locura.
Pero Las Tunas aún está vivo. Así nos dijo su director Pablo Civil en la conferencia de prensa del jueves. Y lo repitió dos veces, como recordándonos que hacía pocos días ellos habían logrado una remontada en semejante situación.
Para el partido de hoy los Leñadores disponen de mejor pitcheo abridor. El pinareño Vladimir Baños, pese a que no ha alcanzado ningún éxito en estos play off, cuenta con mucha experiencia en juegos cruciales, donde los nervios suelen cruzar más que una recta supersónica; y el joven Yariel Rodríguez se ha comportado como un espartano sobre el montículo, con buenos recursos en su repertorio y un pensamiento táctico elogiable a pesar de su edad.
Carlos Martí tendrá que darle la bola a un cuarto abridor. Durante la postemporada solo ha empleado a Blanco, Ulfrido García y Alaín Sánchez para las aperturas, pero ahora lo más probable es que le encomiende esa tarea a Yanier González o a Leandro Martínez, y su bull pen está muy agotado.
Creo que habrá séptimo juego. Asumido el riesgo del pronóstico, solo queda esperar. La afición tunera sueña con la remontada; de Granma están llegando legiones de seguidores para trotar con sus Alazanes. Este sábado promete en pelota, si no aparece otro diluvio por estos lares.
