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Skopje, la capital macedonia, se vistió de largo para recibir este martes el duelo entre el Manchester United y el Real Madrid, dos colosos que disputaron la supremacía futbolera del Viejo Continente.
Mourinho y Zidane reeditaban el duelo de técnicos que hace poco los enfrentó en San Francisco como parte de la pretemporada, y que ganaron los del portugués en la tanda de penales, tras empate a uno.
La primera escena del partido mostró a la tropa de Pogba, Mkhitaryan y De Gea como los reales dominantes, mientras los blancos intentaban tomar el ritmo del partido para imponer su ley.
Poco tardó en llegar la calma de los merengues, quienes con Modric como director de orquesta supieron desatascar la férrea línea defensiva, para que Casemiro rompiera la igualdad al 24 —en fuera de juego— tras un brillante pase de Carvajal.
El segundo acto siguió igual, y así al 52 Isco extendía la diferencia para los de Chamartín, momento a partir del cual les tocaría sufrir más de la cuenta.
Las sustituciones del entrenador «rojo» surtieron efecto, y al 62 Lukaku hizo su primer gol oficial con la camiseta, para así poner un poco de suspenso al choque, cuyo epílogo regaló muchas ocasiones y pocos lujos, para que finalmente los de la capital española ganaran su cuarto título e iniciaran con buen pie el largo curso que se avecina.
