Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Ni Messi, ni Cristiano… ni triunfo

Barcelona y Real Madrid empataron 1-1 este sábado, en el estadio Camp Nou. Ambos goles fueron de cabeza.

Autor:

José Luis López

Si Messi y Cristiano Ronaldo apenas dan noticias sobre la grama, y cuando aparecen, se muestran erráticos en su accionar, el duelo Barcelona-Real Madrid no podría dejar este sábado otro saldo que no fuese un pírrico empate 1-1, en la Liga española de fútbol.

Pero hay más. Este Clásico les dejó a todos añoranzas de lo que era antes, ese «dame el balón» que todos vociferaban sobre el pasto, en esa lucha por clavarle una estocada al sempiterno rival. No hubo nada de eso, porque escasearon las ideas en el mediocampo, donde sí hubo mucho trabajo y tránsito, pero jamás dueño evidente. Modric no lo pudo acomodar para el club merengue, en tanto el excepcional Iniesta abrió en el banco culé.

A eso, sumarle la errática tarde del árbitro principal Clos Gómez, quien no vio y no pudo pitar par de penalti: uno de Mascherano a Lucas Vázquez y, al parecer para nivelar, la mano clara de Carvajal para interceptar un centro de Jordi Alba.

El Barcelona, que ha perdido las mañas y habilidades de otrora de sus volantes, no presionaba arriba. Y cuando lo hacía, el Real Madrid salía veloz al contragolpe por los laterales, pero sin crear los peligros de antes.

Y en ese «dale al que no te dio», el club blanco cerró mejor la primera mitad, con dos pálidos remates de Cristiano y un cabezazo desviado de Varane.

Pero como reza el viejo adagio futbolístico, si no anotas, estás en peligro de que te anoten. Y así mismo ocurrió. En el minuto 52, Neymar, quien una veza más mostró el mejor tino del Barça, puso un balón envenenado y Luis Suárez lo anidó de cabeza. Acto seguido, apareció Iniesta. Y el Camp Nou era un verdadero manicomio.

Sin embargo, el equipo catalán se relajó y no supo cerrar el duelo. Primero, Neymar se coló al área tras «desnudar» a Dani Carvajal, pero su disparo fue suave e impreciso. Y después, el crack Messi debió pasar atrás un balón, buscando al hombre más desmarcado. Y no lo hizo. Ante la salida de Keylor Navas, le pegó espantoso.

El Barcelona no anotaba y el Real Madrid seguía en busca del empate, lo cual le dio cierto brillo al final del partido. Así, llegó una falta innecesaria de Arda Turán, para que Sergio Ramos, el héroe madridista de los minutos finales de partido, le diera un potente cabezazo al centro de Modric. Su remate en el minuto 89, acabó con las ilusiones del Barça y la ventaja del cuadro merengue volvió a ser de seis puntos.

Vale citar que los discípulos del técnico francés Zinedine Zidane, llevan 33 partidos consecutivos sin conocer la derrota.

Comparte esta noticia

Enviar por E-mail

  • Los comentarios deben basarse en el respeto a los criterios.
  • No se admitirán ofensas, frases vulgares, ni palabras obscenas.
  • Nos reservamos el derecho de no publicar los que incumplan con las normas de este sitio.