La ecuatoriana Cristina Troya disertó con su conferencia magistral Discapacidad y Deporte en la Niñez y Adolescencia, ofrecida en el habanero Palacio de Convenciones, donde este jueves concluyó la VI Convención Internacional de Actividad Física y Deportes, a la cual asistieron delegados de 39 países.
Dedicada por más de 20 años a la Educación Especial, Troya —asesora de la Unicef para América Latina y el Caribe— aludió al interesante proyecto Comprometerse a la Inclusión, una campaña mundial que promueve el derecho de niñas, niños y adolescentes con discapacidad (NNACD) a la actividad física y el deporte, la educación física, el juego y la recreación. Esta tarea aspira a fomentar las actividades que integren al juego a chicos con y sin discapacidad física, mental, intelectual o sensorial.
«Las niñas, niños y adolescentes con discapacidad son uno de los grupos más marginados y excluidos. Esta discriminación se agrava con la pobreza, aislamiento social, emergencias humanitarias, falta de acceso a servicios, y un ambiente hostil e inaccesible en su entorno. Debemos destruir las barreras institucionales, ambientales y sociales que impiden su pleno desarrollo», destacó Troya.
«La falta de deporte, recreación y juego puede causar “discapacidades secundarias” sociales, psicológicas, emocionales y de salud y mayor dependencia de otros; motivación disminuida y baja autoestima, así como un funcionamiento limitado en el ambiente escolar, la comunidad y el lugar de trabajo», precisó la asesora de Unicef.
Sin lugar a dudas, sentenció Troya, el acceso al deporte y la educación física de los NNACD ayuda a fortalecer su posición en la comunidad a través de la participación equitativa en actividades valoradas por la sociedad. Además, les enseña a trabajar en equipos, la disciplina, el respeto y a prepararse para los desafíos que deberán enfrentar y a asumir liderazgos dentro de sus comunidades.
Y cuando todos los delegados presentes pensaban que finalizaba el tiempo de conferencia, Cristina Troya los sorprendió con una rueda de casino en la cual «tiraron sus pasillos» varios jóvenes foráneos discapacitados, quienes por estos días se encuentran en La Habana. ¡Y qué acoplados lo hicieron!