Partido amistoso entre la selección absoluta de Nicaragua y el equipo olímpico de Cuba. Autor: Raúl Pupo Publicado: 21/09/2017 | 06:18 pm
Corría el minuto 60 del primer partido amistoso entre la selección absoluta de Nicaragua y el equipo olímpico de Cuba, en la grama del estadio capitalino Pedro Marrero, ante 600 espectadores aproximadamente. Y después de recibir un certero pase, el pequeño volante pinolero Bryan García se inventó par de excelentes gambetas para adentrarse al área chica cubana, fue derribado y el árbitro marcó el penal.
Para cobrarlo, acomodó primero la esférica el volante de contención Manuel Rosas, quien en este juego fue el dueño de las pelotas detenidas. Pero de eso, nada. El encargado «a la hora de la verdad» fue el habilidoso delantero Carlos Chavarría, plantilla del club Real Estelí —para mí, el jugador visitante más creativo— quien la envió inatajable hacia la escuadra derecha del arco defendido por Sandy Sánchez. Nicaragua se puso delante 1-0 y con ese marcador terminó el partido.
Fue un cotejo de mucha intensidad, en el cual Cuba trató bien el balón en ocasiones, en otras lo hizo regular… y en otras mal, como bien expresara su técnico Raúl González Triana, tras culminar el duelo. Realmente, sus jugadores ofensivos no mostraron argumentos precisos para batir la valla rival, en especial al minuto 37, cuando tras el cobro de Héctor Morales a balón parado, el ariete Maykel Reyes erró en su cabezazo luego del despeje del cancerbero Justo Lorente.
Además, tampoco pudieron imponer su mayor estatura, ya que sus carrileros Andy Baquero y Yoisel Piedra, subieron muy poco al ataque y hubo escasez en envíos de esféricas al centro.
Mientras, Nicaragua se mostró segura en labores defensivas, en especial sus centrales Oscar López y Erick Téllez. Y dieron luz verde al accionar de los botines del incisivo Chavarría, el «talismán» que creó peligro a la zaga caribeña en reiteradas ocasiones.
«Los dos equipos tratamos de proponer y de mostrar personalidad con la pelota. Y ambos la pusimos sobre el césped, sin recurrir al balonazo largo. Nosotros veníamos de caer ante Jamaica, en las eliminatorias mundialistas. Teníamos que salir de esa «resaca» y por eso nuestros jugadores no arrancaron bien, estaban algo frenados en los primeros 15 minutos y Cuba se nos venía encima. Pero ahí comenzaron los desbordes por los laterales a base de velocidad y comenzamos a tocar y a movernos mejor», aseveró Henry Duarte, director técnico pinolero.
Entretanto, Triana aludió al poco fogueo competitivo de cara al torneo preolímpico final de Concacaf que se avecina, del 1 al 13 de octubre. «Estos dos partidos (el próximo será mañana, a puerta cerrada) no son suficientes para nuestra selección. Pero hay que aprovechar bien de los que disponemos y eso fue lo que hicimos. No jugamos como tendremos que hacerlo en Estados Unidos, frente a equipos como Panamá, Canadá y los locales. A pesar de nuestra mayor estatura, no jugamos por arriba porque me gusta que el grupo toque el balón», sentenció Triana.