A falta de poco más de un mes para la Olimpiada Mundial de Ajedrez, con sede en Tromso, Noruega, el cubano Lázaro Bruzón (2694 puntos Elo) continúa su buen paso, pues acaba de adjudicarse el cetro del VII Torneo Internacional de Nueva York, organizado por el histórico Club Marshall.
El tunero terminó invicto en el corazón de Manhattan con siete unidades de nueve posibles, gracias a cinco triunfos y cuatro armisticios. En el segundo escaño, y también mostrando una excelente forma competitiva, concluyó su compatriota Yuniesky Quesada (2642), dueño de idéntico registro, pero con peor suerte en el sistema de desempate.
Según los cálculos, el segundo mejor ubicado por Latinoamérica en el ranking de la FIDE agregó 1,8 unidades a su coeficiente. En tanto, el villaclareño sumó 8,8.
Por Cuba también participaron otros cuatro exponentes, preparándose igualmente para la cita olímpica. Así, Isam Ortiz (2588), quinto con seis rayas después de cuatro victorias y cinco empates, sumó 2,4 puntos a los 12 que ya había ganado tras su incursión en el Memorial Capablanca. En tanto, Yuri González (2557) ancló en el puesto 12 y cedió 9,8 unidades. Lisandra Ordaz (2359) terminó en el sitial 29 y Sulennis Piña (2335) en el 34, dejando escapar 14,55 y 18,45, respectivamente.
Carlsen no tiene sombra
Cruzando todo el Atlántico, el supernoruego Magnus Carlsen (2881) unió a su corona universal absoluta los títulos mundiales de partidas rápidas y blitz. Una vez más la lista daba miedo, pero el prodigio nórdico sigue demostrando que no hay ser vivo que pueda vencerlo. En Dubái, ni el ex campeón planetario Viswanathan Anand (India-2785), ni el italiano Fabiano Caruana (2791), ni los rusos Alexander Grischuk (2792), Peter Svidler (2753), Sergey Karjakin (2771) y Alexander Morozevich (2731), ni el estadounidense Hikaru Nakamura (2775), ni el galo Maxime Vachier-Lagrave (2762), ni el azerí Shakhriyar Mamedyarov (2743) pudieron con la computadora humana. Ninguno de los 54 sesudos en lista presentó suficiente músculo.