Aunque Moscú no está a la vuelta de la esquina, los cubanos ya calientan sus huesos, deseosos de abordar el avión a pesar de tantas horas de vuelo. Pero solo utilizo una metáfora. La cuestión es que entre el 10 y el 18 de agosto se celebrará allí el XIV Campeonato de Atletismo, y algunas noticias —unas mejores que otras— dan fe del estado de nuestros muchachos y muchachas.
Por ahora el Viejo Continente ha simpatizado sobremanera con la pertiguista pinareña Yarisley Silva. Tres medallas doradas, una de plata y otra de bronce hablan a las claras de su periplo allá al nordeste. Si le sumamos además el récord nacional de 4,76 metros conseguido en Donetsk, Ucrania, hasta el oráculo más despistado profetizaría un alegrón con vetas de infarto.
La capital rusa; Parbudice, en República Checa; la ciudad polaca de Bydgoszcz; y Birmingham, en Inglaterra, también simpatizaron con la subcampeona olímpica. ¿Podrá superar otros cinco o diez centímetros en la principal competición del deporte rey?
Mientras, los vallistas cortos Orlando Ortega y Yordan O’Farrill andan batallando en el crudo invierno europeo, tal vez sin tantos lauros, pero con el necesario fogueo previo a citas importantes.
Ortega acumula dos metales bronceados en cuatro apariciones y llevó su tope personal en los 60 metros con vallas hasta 7,54 segundos, firmados en Karlsruhe, Alemania.
O’Farrill ha navegado con menos fortuna, mas, antes de lanzar críticas a diestra y siniestra debemos concientizar que recorre su primera campaña bajo techo. Todavía, y dénlo por sentado, tiene buenas cartas bajo la manga. No en balde es monarca mundial juvenil de 2012.
Al tiempo de semejante traqueteo cruzando el Atlántico, el habanero estadio Panamericano viene generando comentarios según lo sucedido dentro de su sollozante estructura.
El estadístico de la Federación Cubana de Atletismo, Alfredo Sánchez, brindó a JR algunos numeritos esclarecedores. Nada alarmante ni para brincar de alegría, pero a fin de cuentas al cubano no hay que darle mucho para calentarle el corazón.
Así, resaltó el estirón de 17,16 metros del triplista Pablo Pichardo, y tres registros por encima de los 60 metros en el disco para féminas.
El vigente as del orbe entre juveniles rozó el 17,20 exigido por la Federación Internacional (IAAF), y a decir de muchos especialistas irá mejorando progresiva y ostensiblemente.
Las discóbolas se hicieron notar con los envíos de Yaimé Pérez (63,44) y Yanisley Collado (62,26), ambas por encima del 62,00 que exige el organismo rector del segundo deporte más seguido del mundo. Denia Caballero llevó el implemento a 60,72 metros del círculo de disparo, pero seguramente alcanzará la distancia requerida sin mucha dificultad.
Aún Yarelis Barrios, tercera bajo los cinco aros londinenses, no debuta, pero una estelar como esa no debe tener problemas para obtener boleto, incluso tirando sentada.
Nada. Poco a poco iremos sabiendo de nuestras principales figuras y sus posibilidades. Tengan aquí solo una hendidura de esta ventana. Falta más antes del viaje definitivo.