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Sin ambages y de forma incisiva, el ejecutivo del Comité Olímpico Internacional (COI) dejó sobre el tapete varias respuestas a temas delicados que gravitan alrededor de los XXX Juegos Olímpicos de Londres-2012, informa PL.
Con el doping se mostró una vez más radical, pero la tarea del presidente del COI, el belga Jacques Rogge, con los 15 integrantes de la plana mayor del organismo, se antoja bastante complicada en un abanico que abarca corrupción y política.
Luego de deslizar varias noticias de relevancia, la máxima entidad deportiva mundial sorprendió al anunciar que recibió pruebas concretas del diario británico Sunday Times en el expediente de reventas de entradas en el mercado negro.
Se refería así a las evidencias en poder del cotidiano sobre tráfico de boletos para las competiciones de la Olimpiada londinense por parte de altos dirigentes miembros del COI.
Aunque a todas luces faltan detalles y la investigación probatoria, el escándalo deja un amargo sabor para el organismo, obligado ahora a registrar audiciones con las partes.
Tenemos un enjundioso informe en nuestras manos, se impone un proceso de verificación minucioso porque hay muchas personas señalas, dijo Rogge a enviados especiales en el Centro de Prensa olímpico (MPC) por sus siglas en inglés.
Con trabajo de sobra destinado a la comisión de ética del COI, las sospechas según especulaciones periodísticas recae en dirigentes de alrededor de 54 países, listos para engrosar el mercado negro con tarifas astronómicas de miles de libras esterlinas.
Otro ingrediente no menos trascendental fue la sentencia categórica de Rogge de alejar todo lo posible a la política de la cita en la capital británica, en medio ya de una suerte de paranoia con el tema de la seguridad y amenaza potencial del terrorismo.
Rogge aplaudió la actitud de la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, quien pidió a la delegación de su país no caer en la tentación de introducir el diferendo sobre las Islas Malvinas en la cita de Londres-2012.
Estoy feliz de decir que la mandataria argentina declaró que la Olimpiada no es una ocasión para manifestaciones políticas de ningún tipo, resaltó el jerarca del COI respecto al reclamo de Buenos Aires a Gran Bretaña de la soberanía de las Malvinas.
En cambio, ya el belga se mantuvo firme en el rechazo a guardar un minuto de silencio en la apertura de los XXX Juegos Olímpicos el 27 de julio, para recordar a los atletas israelíes asesinados en la justa de Munich-72 por un comando extremista palestino.
No es el ambiente adecuado, apostilló sin dejar de manifestar respeto, solidaridad y repudio acerca del hecho luctuoso que cumple 40 años ahora.
El COI, que celebrará sesiones generales aquí en el Grovesnor House Hotel del 24 al 26 de julio, adelantó además que autorizará a cuatro deportistas a participar en las lides con la bandera del COI por razones diversas.
Tres atletas de la ex Antillas Holandesas y un refugiado sin nacionalidad de la guerra civil de Sudán del Sur (Guor Marial), recibieron el beneplácito del máximo organismo deportivo mundial y desfilarán con el pabellón del COI.
Mark Adams, vocero de prensa de la entidad olímpica, adelantó que luego de estas decisiones se procederá de inmediato a contactar a los beneficiados para que puedan estar en esta capital en la ceremonia inaugural del 27 de julio.
El asunto del dopaje fue debatido también por las principales figuras del COI y en especial, Rogge, médico de profesión, se mostró complacido por los avances experimentados en la batalla contra el flagelo.
Los ejecutivos dictaminaron, por otra parte, retirar la medalla de oro por doping a la corredora estadounidense Crystal Cox, quien tomó parte en el relevo 4x400 de las pruebas de atletismo de la Olimpiada de Atlanta-96.
Río de Janeiro en particular y Brasil, sede de la venidera fiesta olímpica veraniega en 2016, se espera copen igualmente la atención de los debates del COI.
