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Sofía.— Los cinco equipos que transitaron con mayor fortuna la fase intercontinental ya se unieron con la representación local en esta antiquísima ciudad, donde a partir de mañana cruzarán sus mejores armas para conquistar el trofeo de la presente Liga Mundial de voleibol.
El equipo cubano llegó aquí al filo del mediodía de este lunes, proveniente de Serbia, donde selló su clasificación dejando por primera vez fuera de esta fase al campeón defensor. Y poco después del arribo, conoció que será Brasil su primer obstáculo en la carrera hacia el trono.
En los pasillos del hotel Vitosha, no muy lejos del macizo montañoso de igual nombre que bordea a la capital búlgara, se comenta la «casualidad» de que el grupo menos complicado incluye a los anfitriones. «Imagina que Rusia hubiese clasificado, en el mismo grupo estarían tres de los cuatro primeros lugares del ranking, y eso va contra toda lógica», me comentaba un colega polaco.
Más allá de la habitualmente cuestionable distribución de los grupos para este tramo del torneo, en el colectivo técnico del equipo cubano existe consenso en señalar a los brasileños como los mejores rivales en el comienzo.
«Tanto Brasil como Polonia son favoritos para discutir el título, pero el haber estado sin jugar durante las dos últimas semanas puede ser un factor en su contra», comentó el técnico Orlando Samuels.
El estratega señaló que sus discípulos llegan con mejor ritmo de juego, e intentarán aprovechar esa aparente ventaja. «Los últimos dos partidos contra Brasil han sido muy cerrados», recordó.
En la misma sintonía se movió el análisis de su asistente Idalberto Valdés, quien considera que en estos momentos Polonia parece superior.
Desde el otro campo de batalla serán germanos y locales los encargados de romper hostilidades en la espectacular sala Arena Armeec, una de las instalaciones más modernas en Europa. Fue inaugurada hace apenas un año y cuenta con capacidad para cerca de 13 000 personas sentadas.
Dejamos huellas
Durante el pasado fin de semana terminó la carrera por la clasificación y el inesperado avance cubano se convirtió en uno de los sucesos que marcaron el torneo.
También de forma individual los jugadores cubanos dejaron sus huellas. Por ejemplo, el capitán Wilfredo León solo fue superado por el búlgaro Tsvetan Sokolov entre los máximos anotadores (240 por 229). Sin embargo, los papeles se invirtieron en el servicio, pues al europeo le faltaron dos aces para alcanzar los 26 del santiaguero.
León también fue cuarto entre los más efectivos (52.42 por ciento), donde Yenri Bell (53.21) terminó en el tercer escaño.
Mientras, el jovencito Danger Quintana y Rolando Cepeda cerraron el top ten del escalafón para los bloqueadores, y el líbero Keibel Gutiérrez fue el octavo hombre de mejor defensa sobre la cancha.
