Diversas culturas y religiones han exaltado al número siete como expresión de la suerte, y siete son los equipos que cambiarán de director, al iniciar el 29 de noviembre la XLVIII Serie Nacional de Béisbol.
Uno de esos mentores, el villaclareño Eduardo Martín Saura, vuelve al puesto de mando, ante la súbita ausencia de Víctor Mesa, cuyo viaje a México responde a una invitación de trabajo.
Debuta, en cambio, el pinareño Luis Giraldo Casanova, después de que Jorge Fuentes declinara en su responsabilidad, por problemas de salud.
También se estrenan en el cargo, en la región de occidente, tanto el matancero Wilfredo Menéndez como el capitalino Germán Mesa (con las riendas de Industriales), y el cienfueguero Iday Abreu.
Los otros novatos del puesto de mando surcarán los mares de oriente. Luis Ulacia lo hará al timón de Camagüey, y Osvaldo Avilés con la brújula de Granma.
Nueve hacen bisNueve pilotos se mantienen al mando. En el oeste lo hacen Esteban Lombillo (HAB), Jorge Milián (MET), Armando Johnson (IJV) y Juan Castro (SSP).
Pacheco dirigirá de nuevo a Santiago y tendrá todos los ojos encima. Foto: Calixto N. Llanes El público del este presenciará nuevas apariciones de Roger Machado (CAV), Agustín Lescaille (GTM), Héctor Hernández (HOL), Ermidelio Urrutia (LTU) y el monarca Antonio Pacheco como guía de las avispas de Santiago de Cuba.
¿Favorecerá la suerte a alguno de los nuevos convocados, esos que suman siete? ¿Llegará el triunfo de la mano de algún habitual, tal vez para alegría de Pacheco, con su potente alineación?
En poco más de una semana comenzará a tejerse una nueva historia, con la temporada que incluye el paréntesis por el II Clásico —el manager del equipo Cuba será la comidilla, como los jugadores—, y finaliza con la asistencia a la Copa Mundial de septiembre, en ciudades europeas.
Praga (en la República Checa), Barcelona (España), Estocolmo (Suecia), Moscú (Rusia) y Regensburgo (Alemania) albergarán los grupos iniciales. Pero vea usted que las urbes holandesas de Harleem, Rotterdam y Ámsterdam darán cabida a la segunda etapa, y Roma —capital de Italia— acogerá la final, con lo cual crece hasta siete la cifra de naciones huéspedes de la Copa.