Un dentista español fue detenido por arrancar a una paciente el puente con varios dientes superiores, porque se negó a pagarle la cantidad que le exigía, superior al importe presupuestado.
El maldito odontólogo hizo pasar a la mujer a la sala de tratamientos y le arrancó todas las piezas que le colocara debidamente días antes y que había previamente tasado en 6 000 euros.
Pero luego pidió una cuantía mayor con que la nuevamente desdentada no contaba. El doctorcito, a quien se le imputan cargos por lesiones y responderá al proceso en libertad, bien merece morir a mordidas.