Durante un minuto de extrema tensión, un asaltante que empuñaba un revólver exigió que le abrieran la caja registradora. Pero no se podía a menos que comprara algo, según le explicaron los dos empleados de la tienda Family Dollar. Ni corto ni perezoso, el caco sacó un dólar de su bolsillo, compró un chicle y… ¡Kachán! pudo cumplir su misión. Robó todo el dinero de la caja, incluyendo su propio dólar. Una pena que la cámara de seguridad registrara toda su operación.