Una «señora de cuatro décadas» fue condenada en Newcastle, noreste de Inglaterra, a ocho semanas de prisión en suspenso durante un año por tener relaciones sexuales a «grito pela’o». Caroline Cartwright recibió primero una advertencia por exceso de ruido, pero esta se convirtió rápidamente en una orden de conducta antisocial por incumplimiento. «He escuchado una corta grabación del ruido que hace usted y entiendo perfectamente que sus vecinos estén contrariados y perturbados», declaró la jueza. O baja el volumen…, ¡o se muda para el Sahara!