Aracelys Bedevia, directora de Pionero, recibe un diploma de manos de Rosa María Ramírez Montero, la presidenta de la Organización de Pioneros José Martí (OPJM). Autor: Roberto Suárez Publicado: 29/11/2021 | 11:54 pm
La revista Pionero fue la respuesta a un deseo que expresara Fidel a la entonces Asociación de Jóvenes Rebeldes, cuando destacó la necesidad de una publicación en que los niños y adolescentes se vieran representados y encontraran respuestas a sus necesidades, así como servir de vehículo para hacer públicas las principales actividades pioneriles. Esa aspiración se hizo realidad el 25 de noviembre de 1961.
A 60 años de aquella idea, Pionero se ha convertido en la revista del adolescente cubano, transitando un camino que han demandado cambios en su estructura editorial y frecuencia de publicación. Pero siempre ha podido más el empeño de un colectivo comprometido con edificar un espacio para el entretenimiento y la formación de valores de un sector tan complejo en la sociedad como son los jóvenes de edades entre 12 y 15 años.
Por ello, Juventud Rebelde no ha querido perder la oportunidad de acercarse a esta publicación de la Casa Editora Abril, e intercambiar opiniones con algunos de sus trabajadores y especialistas que han asegurado con mucho amor y compromiso cada página de la sexagenaria publicación, como lo hizo hasta su fallecimiento Lucía Sanz Araujo, directora de Pionero durante 17 años.
El propósito de la revista va más allá de entretener. Ante todo, se trata de entender lo que necesitan los jóvenes en términos de orientación, formación de valores y apoyo educativo. Y para ello, la historieta siempre ha sido la herramienta más eficaz para llegar a su público y comunicar el mensaje.
«Las edades entre 12 y 15 años constituyen una etapa esencial en la manera en que se forman los valores del individuo, en la que el conocimiento de la historia es tan importante como la recreación. Por ello, abordamos con mucha frecuencia temas históricos, así como asuntos de mayor interés para los adolescentes, como la sexualidad, la moda, las manualidades o la música», explica Aracelys Bedevia, directora de Pionero, una publicación que a pesar de su larga edad mantiene el frescor y la capacidad de comunicarse con la agilidad de los años más lozanos de la adolescencia.
«Ahora mismo estamos preparando el próximo número de enero-febrero y entre las historietas que publicaremos habrá una dedicada al anteproyecto del Código de las Familias, en el que se les explica a los muchachos por qué son necesarias las transformaciones que propone el documento. Mediante este tipo de trabajo tratamos de comunicarnos con los adolescentes sobre temas que de otra manera no se podrían digerir igual», acota.
De punta a cabo
En una carta enviada a la revista, el 30 de abril de 1974, el General de Ejército Raúl Castro Ruz, entonces Segundo Secretario del Comité Central del Partido, aseguraba «con toda sinceridad», de su puño y letra, que entre todas las publicaciones nacionales de la época «la única que me leo completa de “punta a cabo” es el semanario Pionero. No se trata de que tenga mentalidad infantil, sino sencillamente, que según mi opinión, es la mejor».
La misiva es una de las reliquias que atesora la publicación y que junto con cada número nuevo llena de orgullo a miembros del equipo de redacción, como Marcia Rodríguez Prieto.
Ella se formó en el periodismo y realizó su tesis de licenciatura acerca de la literatura infantil. Tiempo antes se dedicaba a escribir para niños y adolescentes, por lo que sabía que su lugar estaba en Pionero, donde con 11 años de labor acumulada confiesa que «es difícil escribir para adolescentes».
Rodríguez Prieto considera que «al adolescente hay que hablarle con la mayor confianza posible. Los términos que ellos utilizan tienen poco que ver con el mundo adulto, así que cuando uno escribe para ellos debe tratar de pensar como ellos y agarrarse de los diálogos, el estilo narrativo, ser preciso en las descripciones e intentar que los textos no sean muy extensos, porque entonces el adolescente cierra la revista y la tira a un rincón».
Es un criterio que comparte su compañera Katina Herrera Ponce, sicóloga de formación, con 22 años dentro del equipo de la revista. Ella agrega que «a los adolescente un día les gusta una cosa y al otro día cambian de preferencias. Además, en todos los lugares del país no tienen los mismos intereses, por lo que Pionero está muy atento a eso e intentamos equilibrar los temas y la forma en que se tratan. Para ello son esenciales los intercambios de criterios con los lectores y las charlas en las escuelas, para que sea nuestro público el que nos cuente sus necesidades».
Ansiado contacto con los lectores
Durante los meses de pandemia se vieron obstaculizados esos intercambios, así como la salida de nuevos números de la revista, cuyas publicaciones se detuvieron con el número 237, distribuido en marzo-abril de 2020. Por ello, Aracelys prefiere no hablar de un relanzamiento de la revista, en tanto no se produzcan los encuentros con los lectores para tomarles el pulso a los intereses que los mueven en estos momentos, porque «el adolescente que dejamos en marzo 2020 no es el mismo de ahora».
Para la Directora «los intereses y necesidades han cambiado, porque estamos saliendo de una pandemia que nos marcó a todos y estos fenómenos dejan huellas en el cuerpo y en el alma, y mucho más en una edad tan difícil, cuando ellos están en plena formación sicológica, sexual y orgánica de toda índole. Y ese relanzamiento lo haremos después de reunirnos con varios de nuestro lectores y si es necesario redefiniremos nuestras temáticas habituales».
De igual forma piensa Yanitsia Ramírez Pérez. Ella acumuló experiencias en la escritura para niños durante siete años en la revista Zunzún, antes de pasar a Pionero, donde luego de tres años de labor confiesa que se apoya en su hijo de 15 años para realizar algunos trabajos y revisar el tono y la forma en que son escritos.
«Es muy gratificante ver que los adolescentes se identifican con esta publicación o con un artículo determinado y eso lo permite la capacidad que tengamos de reorientar el mensaje cada vez que sea necesario e investigar mucho sobre cada tema», precisa Yanitsia.
Abordar la sexualidad, confiesan las redactoras, es una de los temas más delicados a las cuales se enfrentan con un trabajo cuidadoso e investigación rigurosa. «A la hora de enfocar lo tomamos como premisa que todos los asuntos se pueden tratar, lo que depende cómo se asuman y la manera en que comuniquemos la información», precisa la Directora.
Para Marcia Rodríguez Prieto el éxito está en el equilibrio a la hora de hablarles a los adolescentes de sexualidad, algo que para su compañera Yanitsia Ramírez va evolucionando con la mentalidad del adolescente, cuyo proceso debe acompañar la revista.
De momento, a la espera del ansiado contacto con los lectores, el equipo de Pionero celebra sus primeras seis décadas con la mira puesta hacia adelante, con una mayor presencia en las plataformas digitales, pero procurando mantener las ediciones impresas para que lleguen a las manos de los adolescentes con una frecuencia mensual, aunque ahora esa asiduidad tiene un carácter bimensual.
Este equipo de trabajo no se rinde con facilidad y ante cualquier obstáculo busca alternativas que le permiten mantener esa comunicación con los adolescentes cubanos, como lo proyectó Fidel y testifican las páginas ilustradas de Pionero, llenas de color y alegría.