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Muchas son las personas que detienen el paso a diario ante estas joyas del arte universal que estarán en La Habana hasta el 4 de mayo. Autor: Roberto Ruiz Espinosa Publicado: 21/09/2017 | 06:29 pm
Quién iba a imaginar algún día que Las meninas, de Velázquez, La Maja desnuda y El quitasol (ambas de Goya), llegarían a la Habana y estarían al alcance de la mano de los más variados públicos, sin necesidad de viajar a España y sacar un ticket de entrada al prestigioso Museo del Prado.
Ubicadas desde hace varias semanas en la verja perimetral del Castillo de la Real Fuerza, edificación construida en el siglo XVI, estas obras pueden ser observadas, desde varios puntos de la Avenida del Puerto, junto a otras 49 pertenecientes a la colección de esa institución madrileña.
Están en Cuba gracias a la iniciativa del museo ibérico de mover su colección por Latinoamérica y fueron seleccionadas de entre las más de ocho mil que componen sus fondos. Impresas en papel fotográfico, recubiertas en vinilo y montadas sobre paneles de PVC —policlururo de vinilo, un derivado del plástico— resistentes a las elevadas temperaturas y al alto grado de humedad propios de nuestro clima, las reproducciones aparecen a escala 1:1. Es por eso que de algunos cuadros de gran tamaño solo puede verse un detalle de la obra, que luego se muestra completa en la cartelera explicativa.
No son simples fotografías, han aclarado reiteradamente los organizadores de esta exposición al aire libre que lleva por título El Museo del Prado en La Habana, sino reproducciones digitales muy fieles, que reflejan los colores y la imagen, la textura, la técnica del pintor…, y que recibieron adecuaciones para que resistan a la intemperie.
Acercarse a esta propuesta, que ha sido organizada de conjunto con la Consejería Cultural de la Embajada de España en La Habana, la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo y la Oficina del Historiador de la Ciudad, es un goce para el espíritu. Es también una clase de historia del arte, pues El Museo del Prado en La Habana permite hacer un recorrido por las escuelas que componen la colección permanente de ese museo: española, flamenca, italiana, francesa, alemana y holandesa, desde el siglo XII a los primeros años del XX.
Ahí están, entre otras, El jardín de las delicias y La Anunciación, de El Bosco; El Parnasso, de Poussin; Las tres gracias, de Rubens; El tres de mayo de 1808 en Madrid, de Goya; El caballero de la mano en el pecho, de El Greco; Judit en el banquete de Holofernes, de Rembrandt; Autorretrato, de Durero... Acompañan a estas piezas carteles informativos que las enriquecen y aportan datos importantes sobre la colección y el Museo.
No es la primera vez que la Oficina del Historiador llena de arte las verjas del Castillo de la Real Fuerza. Para la ocasión, ha organizado recorridos guiados por estudiantes de Historia del Arte y que salen del Castillo de la Real Fuerza los viernes, a las 3.00 p.m., y los sábados, a las 10.00 a.m. Los martes y miércoles, a las 3.00 p.m., toca el turno a los niños, niñas y adolescentes, respectivamente. Hay programadas conferencias y también se puede acceder a esta exposición a través del sitio www.museodelprado.es.
Muchas son las personas que detienen el paso a diario ante estas joyas del arte universal que estarán en la Habana hasta el 4 de mayo y forman parte de un proyecto iniciado en 2015 con el nombre El Prado en las calles. Existe la posibilidad, según noticias que circulan por la red de redes, de que recorra toda Cuba, pero «eso dependerá de cómo funcione en La Habana», señaló Guillermo Corral, consejero cultural de la Embajada de España en Cuba.
Luego de que concluya su periplo por la Isla, la muestra, que ha sido comisariada por Ester de Frutos, jefe de servicio de actividades educativas, y Fernando Pérez Suescun, jefe de contenidos didácticos, ambos del Museo del Prado, viajará a otros nueve países. Durante el 2016, estará en Asunción, Lima y La Paz, Manila y Guinea Ecuatorial, Nicaragua, Costa Rica y Panamá. Anteriormente ocupó calles de Tegucigalpa, Ciudad de Guatemala y San Salvador.
