Falcioni es conocida en su país como la artista que pinta a Cuba. Autor: Yahily Hernández Porto Publicado: 21/09/2017 | 05:48 pm
CAMAGÜEY.— La sala de exposiciones transitorias del Museo Provincial Ignacio Agramonte, en Camagüey, que atesora la segunda colección más importante de pinturas del país, acaba de mostrar al público una compilación de la obra de la prestigiosa artista italiana de la plástica Antonella Falcioni.
En los últimos 20 años, la Falcioni ha trabajado desde la ciencia y el arte, y con gran maestría, la pintura sobre porcelana, práctica que en Cuba se inserta dentro del arte decorativo, según ha explicado el crítico de arte Juan Carlos Mejías.
De la presencia de Sueños sobre porcelana en Camagüey, Mejías significó que la exposición da continuidad al vínculo de amor que ha surgido por la admiración de la artista hacia Cuba, su cultura y su gente, «que es lo que más me emociona, y se convierte en tema recurrente en mi obra».
De hecho, enfatizó el especialista, esta muestra, que permanecerá hasta mayo en el Museo Provincial Ignacio Agramonte, es el resultado de los sueños de la artista «pintados y esmaltados sobre una pieza de porcelana», mientras que la Falcioni, gran amiga de la Isla, insistió en que constituyen «mis sueños reales».
«La muestra está compuesta, explicó Antonella, por una serie de obras realizadas en siete técnicas diferentes, y al mismo tiempo las acompaño con fotos del proceso de producción, algo que imagino puede ser interesante para los cubanos».
La destacada creadora le confesó a JR que se siente muy feliz porque por segunda ocasión ha tenido la oportunidad de presentar su arte en esta ciudad patrimonial, después de mostrar aquí una serie de retratos de niños y niñas de esta Isla, «otro de mis temas predilectos».
Conocida además en su tierra natal como «la artista que pinta a Cuba», Falcioni enfatizó que: «utilizo colores alegres, vivos, porque expresan satisfacción, encanto, goce..., todo lo cual se refleja en las sonrisas de los niños cubanos, y eso se debe a la felicidad con la que viven en esta bella isla; una sonrisa que a veces se hace muy difícil encontrar en otras naciones. Me emociona esa alegría y esa inocencia.
«Lo que más me sorprende es que no tengo que buscar esa sonrisa, porque la hallo a cada paso, ellos me la regalan ante el flashazo de mi cámara. Eso no me sucede, insisto, en otras partes del mundo, incluso en mi país, donde los infantes a veces tienen temor a sonreír», recalcó.
La Falcioni aprovechó para manifestar su asombro por el modo como se conserva la colección de piezas de porcelana con que cuenta el museo camagüeyano, proveniente tanto de América como de Europa. «Evidentemente se cuidan con esmero estas obras preciosas, que por lo demás le imprimen a esta institución una riqueza cultural de dimensión universal».
Acerca de sus proyectos y aspiraciones futuras reveló: «Estaré muy pronto de regreso. Lo deseo con muchas fuerzas, pues quiero entregarles mis experiencias a los jóvenes artistas de esta ciudad. Con ellos, los más nuevos talentos, compartiré técnicas y secretos de este arte milenario en su muy conocida academia Vicentina de la Torre».