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Hombre ético de vida ejemplar

El Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, encabezó el acto político y ceremonia militar por el aniversario 118 del fellecimiento del Generalísimo Máximo Gómez

Autor:

Raciel Guanche Ledesma

Apenas con las primeras luces de este sábado, al filo de las 7 y media, el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, llegó hasta la necrópolis de Colón para rendir honores al General Máximo Gómez Baez, en ocasión del aniversrio 118 de su fallecimiento.

El sencillo pero emotivo acto político y ceremonia militar al que asistieron además el miembro del buró político y viceministro primero de las FAR, General de Cuerpo de Ejército Ramón Espinosa Martín, así como otros dirigentes del partido, gobierno, las Fuerzas Armadas Revolucionarias y el Ministerio del interior, dio inicio con la colocación en el lugar donde reposan los restos del Generalísimo, de una ofrenda floral a título del pueblo cubano.

En las palabras centrales del acto, el General de División, Eugenio Rabilero Aguilera, Segundo Jefe del Estado Mayor General y Jefe de la Dirección de Operaciones de las FAR, se refirió a Máximo Gómez como uno de los próceres de mayor relevancia en la historia americana y una de las vidas más transparentes, lúcidas y virtuosas.

Sin él, recordó, no es posible hablar de la propia historia cubana y sus luchas por la independencia del colonialismo español en la segunda mitad del siglo XIX. Fue Gómez con su audaz e intrépida acción, con unos pocos y mal armados hombres, quien dio la primera carga al machete durante la Guerra de los Diez Años, agregó.

Rabilero Aguilera, dijo además que en los tiempos que corren necesitamos volver siempre al pensamiento de Gómez, al político, educador e intelectual, al hombre ético de vida ejemplar. Y es que el estudio de su obra es un referente de obligatoria consulta para continuar defendiendo nuestra soberanía y proyecto de nación.

Al finalizar la marcha en revistas por pelotones, Díaz-Canel, se dirigió al modesto sepulcro del héroe dominicano por nacimiento, pero cubano de pensamiento y corazón, donde depositó una rosa como símbolo del respeto que todos le profesamos al Generalísimo. De igual forma los cadetes, soldados y oficiales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias presentes en la ceremonia, también rindieron honores al mejor estratega militar cubano del siglo XIX.

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