Los programas de aulas hospitalarias y maestros ambulatorios, pertenecientes a la Educación Especial, benefician, en la provincia de Holguín, a más de cien infantes con enfermedades crónicas o discapacidades severas, como parte de la atención social en Cuba.
Yamila Garrido, metodóloga de esta enseñanza en el oriental territorio, refirió a la Agencia Cubana de Noticias que estas modalidades favorecen a niños residentes en zonas montañosas y de difícil acceso e ingresos prolongados en instituciones asistenciales, lo cual ejemplifica los avances del país en materia de inclusión.
Precisó que los programas permiten la adaptación de los currículos estudiantiles a actividades prácticas impartidas en los hogares u hospitales, a partir de la capacitación de maestros y la evaluación clínica de cada caso.
La metodóloga explicó que pequeños en edad escolar con afecciones neurológicas, oncológicas o degenerativas pueden continuar transitando por los diferentes niveles educativos o aprender un oficio, además del desarrollo de habilidades comunicativas o de la vida práctica.
También, indicó la funcionaria, se dispone del centro médico sicopedagógico Modesto Fornaris, donde se aplica la rehabilitación física unida a la enseñanza de asignaturas básicas y actividades culturales y deportivas adaptadas a las diferentes enfermedades o condiciones físicas.
En el oriental territorio, fundamentó Garrido, existen 25 centros educativos dedicados a la atención de niños con discapacidades intelectuales, auditivas, motoras y visuales, los cuales disponen de proyectos integrales para facilitar la incorporación a la vida económica y social.
La Educación Especial en Cuba se afianza como una de las conquistas de la Revolución de mayor impacto en la preservación de los derechos de la niñez, y tiene entre sus objetivos propiciar una formación tan completa como el estudiante sea capaz de asimilar para su integración social.